El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, salió con los tapones de punta contra el diputado y precandidato presidencial José Luis Espert, a quien acusó de difundir un relato falso sobre una supuesta ola de violencia en territorio bonaerense. “Es imposible que la baja de homicidios a nivel nacional se dé mientras ocurre un baño de sangre en la provincia”, lanzó Alonso, en una conferencia de prensa que compartió con el gobernador Axel Kicillof.
El funcionario provincial utilizó las propias estadísticas del Ministerio de Seguridad de la Nación, que conduce Patricia Bullrich, para refutar la narrativa de Espert y otros dirigentes opositores. Según los datos oficiales, los homicidios bajaron en el país, lo cual —dijo— contradice el escenario de “caos” que se intenta instalar desde algunos sectores.
“Las frases grandilocuentes del candidato Espert caen por su propio peso. Tiene un profundo desconocimiento de la provincia y de las políticas de seguridad”, afirmó Alonso, antes de chicanearlo: “Puede seguir haciendo videos en TikTok, pero la realidad es que los homicidios bajan”.
“Hubo 283 homicidios que nos duelen”
El ministro no esquivó la estadística cruda: “Hubo 283 homicidios en la provincia durante el último año, y 36 de ellos en ocasión de robo. Nos duelen”, dijo. Pero remarcó que los números reflejan una mejora sostenida, fruto de un trabajo integral con jueces, fiscales, investigadores y fuerzas de seguridad profesionalizadas.
Además, destacó que durante la gestión de Kicillof se incrementó la población carcelaria en 10 mil personas, lo que, según Alonso, desmiente “otra fake news habitual” sobre la supuesta liberación masiva de presos.
“Se ha incrementado la cantidad de personas detenidas en las cárceles, lo que derriba el comentario de que el Gobernador suelta presos por ahí”, señaló. “Las penas las aplican los jueces, no el Ejecutivo”, aclaró.
La intervención del ministro formó parte de una estrategia más amplia del gobierno bonaerense para anticiparse a la campaña electoral, que ya muestra signos de virulencia. Kicillof, presente en la conferencia, advirtió que se viene una campaña “roñosa” y pidió a su gabinete salir a contrarrestar las operaciones mediáticas y los discursos punitivistas sin fundamento.
Con datos en mano y un tono confrontativo, Alonso se convirtió en el primer espadachín del oficialismo en una pelea donde la seguridad promete ser uno de los ejes de discusión pública.
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