La campaña electoral ya está en marcha en Neuquén y Andrés Blanco, obrero ceramista y candidato a senador por el Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT-Unidad), asegura que la suya no es una campaña más. “A nosotros no nos financia ninguna corporación ni empresa, y tampoco lo queremos. Todo lo hacemos a pulmón, como una extensión de nuestra militancia”, afirmó en entrevista con Va de Tarde (Vorterix Neuquén), subrayando la diferencia que pretende marcar con los espacios tradicionales.
Blanco, actual diputado provincial, sostiene que la izquierda tiene un rol clave en un escenario donde, según él, la política tradicional no da respuestas. “Nosotros somos trabajadores que hacemos política. No cobramos dietas millonarias, no nos quedamos con jubilaciones de privilegio. Terminamos el mandato y volvemos a laburar. Eso nos pone en un lugar distinto”, explicó.
El dirigente adelantó que la agenda de campaña incluirá recorridas por distintas localidades del interior neuquino, entre ellas Chos Malal, Zapala, San Martín y Junín de los Andes. En cada una, apuntará a visibilizar lo que considera problemas ocultos detrás del brillo turístico.

“En las ciudades turísticas hay una situación grave con la vivienda. Los habitantes locales no tienen dónde vivir y terminan pagando alquileres temporales como si fueran turistas. Esa es una realidad que pocas veces se menciona y que nosotros queremos poner en debate”, remarcó.
Además, cuestionó la idea de la “neuquinidad” como bandera política. “Cuando dicen defender Neuquén, yo pregunto: ¿de quién? Si es de este propio gobierno provincial que entrega todo a las petroleras y a los terratenientes, mientras la gente no tiene vivienda ni trabajo digno”, sostuvo.
Vivienda y trabajo, los ejes de la propuesta
Uno de los puntos centrales de su campaña es el acceso a la vivienda. Blanco recordó que el FIT-Unidad presentó en la Legislatura un proyecto para crear un plan de obra pública financiado con un 5% de las ganancias de las petroleras. Según sus cálculos, permitiría construir 10.000 viviendas por año.
“En Neuquén hay cerca de 100.000 familias sin vivienda. La provincia promete construir miles, pero en los hechos no llegan ni a 1.200 por año. Con solo una parte de las ganancias millonarias de las petroleras, podríamos resolver ese déficit y generar empleo genuino al mismo tiempo”, explicó.
A la falta de vivienda se suma la precariedad laboral. Para Blanco, el pluriempleo es hoy uno de los mayores problemas: “Muchos trabajadores, incluso de la salud, deben tener dos o tres empleos o recurrir a aplicaciones para llegar a fin de mes. Por eso proponemos reducir la jornada laboral y repartir el trabajo entre más manos, garantizando al mismo tiempo un salario digno”.
Críticas al ajuste y al endeudamiento
Blanco también apuntó contra la política económica nacional y provincial. Denunció que el presupuesto 2026 está “atado a los condicionamientos del FMI” y que ningún gobierno se animó a cuestionar la deuda externa. “¿Dónde están los 45.000 millones de dólares que tomó Macri? Nadie los vio, pero seguimos pagando una deuda fraudulenta que condiciona la vida de millones”, cuestionó.
En paralelo, vinculó la situación local con esa dinámica. “La famosa neuquinidad es un verso. Neuquén no está ajena al ajuste nacional. Cuando la provincia intenta cubrir lo que abandona el Estado nacional, termina trasladando el costo a los neuquinos con más impuestos. Al final, es la gente la que paga el ajuste”, advirtió.
Una elección en un clima de desencanto
De cara al 27 de octubre, Blanco reconoce que competir contra la polarización es un desafío. “Cada voto al Frente de Izquierda es un voto consciente, no de castigo ni de resignación. Sabemos que cuesta más, pero también sentimos que hay un sector desencantado con los que ya gobernaron que empieza a mirarnos como una alternativa real”, destacó.
En sus recorridas, asegura haber recibido un apoyo inesperado: “Mucha gente que estaba harta de lo mismo nos dice que se juega por nosotros. Veremos si eso se capitaliza en las urnas, pero para nosotros la fuerza también está en la calle, en la militancia cotidiana”.
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