La historia de Villa La Angostura se remonta a comienzos del siglo XX, cuando el Gobierno Nacional resolvió la cuestión de límites con Chile y comenzó a distribuir tierras en la región. En 1902, se creó la Colonia Agropastoril Nahuel Huapi, una vasta extensión de terrenos ubicados alrededor del lago Nahuel Huapi. Estos lotes, de 625 hectáreas, fueron puestos a disposición mediante remates públicos, lo que permitió que los primeros colonos se asentaran en la zona y comenzaran a desarrollar actividades agropecuarias y forestales.

Una de las figuras clave de este proceso fue Primo Capraro, un inmigrante italiano que, a pesar de enfrentar dificultades económicas, dejó una profunda marca en la región. Durante los primeros años, la actividad de los colonos fue principalmente pastoral y forestal, pero la llegada del turismo comenzó a vislumbrarse como una opción para el futuro.

En 1934, se produjo la creación del Parque Nacional Nahuel Huapi, lo que marcó el inicio de una nueva etapa para la zona. La necesidad de abrir la región al turismo y permitir el acceso a sus paisajes paradisíacos se convirtió en una prioridad para las autoridades. Exequiel Bustillo, presidente de la administración del parque en aquel entonces, fue uno de los principales impulsores de las obras de infraestructura que conectaron a la región con el resto del país, como la apertura de la ruta nacional 231 en 1994, que unió a Villa La Angostura con la ciudad de Bariloche.

El nacimiento de la villa: el legado de Bustillo y Capraro

El 15 de mayo de 1932 se celebró un acto clave para la fundación de Villa La Angostura, con la inauguración de la oficina radiotelegráfica en el paraje Correntoso. Este acontecimiento, en el que participaron vecinos y alumnos de la Escuela 104, marcó un hito en el desarrollo de la localidad. Aunque el nombre oficial de la villa no se adoptó hasta cuatro años después, esta fecha es considerada el punto de partida del pueblo.

Este proyecto nació de la mano de dos hombres visionarios: Exequiel Bustillo y Primo Capraro. Bustillo, propietario de tierras en la región, propuso la instalación de una línea telegráfica inalámbrica en la zona para facilitar la comunicación con el resto del país. La iniciativa fue apoyada con entusiasmo por Capraro, quien, a pesar de atravesar una crisis financiera, no dudó en contribuir con la construcción de la oficina. La obra se concretó en solo noventa días y transformó al paraje Correntoso en el primer núcleo urbano de lo que hoy es Villa La Angostura.

Un destino turístico para todas las estaciones

Hoy, Villa La Angostura es conocida por su imponente belleza natural y su oferta de turismo de calidad durante todo el año. El invierno, con su nieve abundante, atrae a quienes buscan disfrutar de deportes como el esquí y el snowboard. El Cerro Bayo, uno de los principales centros de esquí de la región, se distingue por su ambiente exclusivo y su infraestructura de primer nivel. Cada temporada, el cerro introduce mejoras en sus instalaciones y amplía su oferta de actividades. Para este invierno, se anuncian nuevos circuitos de caminatas con raquetas, además de la renovación de sus espacios gastronómicos y de entretenimiento.

Sin embargo, no solo los amantes del esquí encuentran su lugar en Villa La Angostura. En verano, la región se convierte en un paraíso para los senderistas, ciclistas y aquellos que buscan un contacto cercano con la naturaleza. Los imponentes bosques, las aguas cristalinas del lago Nahuel Huapi y los paisajes montañosos invitan a realizar caminatas y paseos en barco, mientras se disfrutan de vistas espectaculares que parecen salidas de un sueño.

Gastronomía de excelencia

Uno de los aspectos más destacados de Villa La Angostura es su oferta gastronómica. La localidad se ha posicionado como un referente en la región gracias a su propuesta culinaria que combina la tradición patagónica con la creatividad de chefs locales. En sus restaurantes, las recetas clásicas se fusionan con nuevas tendencias, lo que permite a los turistas disfrutar de una experiencia gastronómica única.

Los platos a base de trucha, ciervo, cordero y frutos rojos son una constante en los menús de la villa, al igual que las cervezas artesanales, que reflejan el carácter local de la región. Además, no faltan los espacios dedicados al té y a los postres caseros, perfectos para quienes buscan una pausa en su jornada de exploración.

Villa La Angostura: el destino que crece y se reinventa

A lo largo de los años, Villa La Angostura ha sabido mantener un equilibrio entre el crecimiento y la conservación de su identidad. Desde aquellos primeros días en que se erigió la oficina radiotelegráfica, hasta hoy, la villa ha ido evolucionando sin perder su carácter pintoresco y su conexión con la naturaleza. El desafío actual es seguir ofreciendo una experiencia auténtica mientras se preserva el entorno que la hizo famosa.

Con su rica historia, paisajes inigualables y una oferta turística que abarca todo el año, Villa La Angostura continúa siendo uno de los destinos más deseados de la Patagonia. Los viajeros que la visitan no solo disfrutan de sus maravillas naturales, sino también de una comunidad que, más allá de la modernidad, sigue cuidando y respetando las tradiciones que hicieron grande a este rincón de la Argentina.

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