El oeste profundo de Neuquén comenzó a vivir un cambio que, hasta hace poco, parecía difícil de imaginar. Este martes, el intendente Mariano Gaido inauguró las primeras 30 cuadras de pavimento en el barrio Z1, acompañado por el gobernador Rolando Figueroa y la ministra Julieta Corroza. La obra es solo el inicio de un plan mayor: 400 cuadras a ejecutar en cuatro etapas, financiadas íntegramente con recursos municipales.

El anuncio llegó con un dato que marca la dimensión del proyecto: 12 mil millones de pesos de inversión, destinados no solo al asfalto, sino también a trabajos complementarios ya realizados, como pluviales y cloacas. Según Gaido, todo el Z1 estará pavimentado antes de que termine el 2025, lo que representará un cambio estructural en la vida diaria de miles de familias.

Z1, históricamente relegado en infraestructura, se convertirá en escenario de uno de los planes de pavimentación más grandes de los últimos años. La primera etapa, iniciada el 9 de julio, fue ejecutada en tiempo récord por una empresa neuquina, que ya había realizado el sistema de desagües y redes cloacales en el sector.

“Lo que parecía impensado, hoy es realidad”, dijo Gaido durante el acto. El intendente no solo remarcó la magnitud de la obra, sino que la vinculó con un modelo de gestión basado en “cuentas ordenadas y superávit fiscal”, que —según explicó— ya permitió avanzar en 600 kilómetros de rutas y 3.400 cuadras de pavimento en diferentes barrios de la capital, como Confluencia, Valentina y Rincón de Emilio.

El plan en Z1, al igual que en otras zonas periféricas, busca más que tapar baches o mejorar calles: persigue una integración urbana que reduzca desigualdades históricas entre el centro y los barrios del oeste.

La mirada provincial

El gobernador Rolando Figueroa también tomó la palabra y puso el foco en la importancia de que estos proyectos lleguen a todos los barrios. “El plan vial refleja una mirada necesaria en la Argentina: estar presente donde más se necesita, mejorando la calidad de vida y la accesibilidad”, aseguró.

Figueroa destacó además la cooperación entre provincia y municipio como un valor indispensable para encarar obras de gran escala. En un contexto económico adverso, señaló, el trabajo conjunto permite mantener en movimiento proyectos que impactan directamente en los vecinos.

En la misma línea, la ministra de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres, Julieta Corroza, subrayó que los avances en infraestructura se sustentan en un esquema de ordenamiento fiscal que permite canalizar fondos provinciales hacia las obras más urgentes. “Se trata de decisiones que mejoran la vida cotidiana, porque una calle pavimentada no es solo asfalto: es acceso, es seguridad y es dignidad para los vecinos”, afirmó.

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