Mientras las temperaturas bajo cero azotan a gran parte de la provincia, el Consejo Provincial de Educación (CPE) confirmó que no habrá suspensión general de clases. La decisión se mantiene firme pese al pedido formal del gremio docente ATEN, que había solicitado una medida preventiva para este martes 1 de julio ante el intenso frío.

Según el CPE, cada institución educativa deberá evaluar si cuenta con las condiciones edilicias necesarias para sostener la actividad. En caso contrario, podrá suspender la jornada, pero deberá informar a su comunidad, al supervisor institucional y al sistema interno del organismo.

La presidenta del CPE, Glenda Temi, explicó que no todas las escuelas enfrentan el mismo panorama. “Generar una medida de suspensión general en todo el territorio no corresponde. Hay instituciones que hoy dictaron clases sin inconvenientes”, argumentó. La resolución se alinea con la adoptada al inicio de la semana, cuando también se dejó en manos de las escuelas la decisión final.

Temi también señaló un aspecto social de las escuelas abiertas: para muchos alumnos, asistir representa acceder a un entorno calefaccionado, un refrigerio o un plato de comida caliente. “En este contexto, la escuela también cumple una función de contención”, subrayó.

El reclamo de ATEN por seguridad y condiciones

La conducción de ATEN había enviado una nota formal al CPE solicitando la suspensión total de las clases, en resguardo de estudiantes, docentes y auxiliares. El documento, firmado por el secretario general Marcelo Guagliardo, remarca que la ola polar afecta especialmente a la región patagónica y exige una “medida de prevención responsable”.

Entre los argumentos del gremio se mencionan escuelas sin suministro de gas, con cañerías congeladas, sanitarios inhabilitados y calles cubiertas de hielo que complican el acceso a los edificios. “Hay establecimientos donde la calefacción funciona, pero el agua está congelada. Así no se puede garantizar el funcionamiento básico de una jornada escolar”, señalaron desde ATEN.

Además, desde el sindicato apuntaron que la decisión no debería recaer en los equipos directivos, sino que debe ser asumida por el CPE como autoridad provincial. “Se trata de una situación de alcance general que no puede depender de cada escuela”, concluye el comunicado.

Un escenario que se repite

La discusión no es nueva. En inviernos anteriores, el debate sobre si suspender clases ante temperaturas extremas ha enfrentado posturas similares: un CPE que prioriza la continuidad escolar y un gremio que insiste en la seguridad como prioridad.

Mientras tanto, los equipos directivos enfrentan la disyuntiva: abrir o no abrir las puertas cuando la térmica está por debajo de los -7°C. Por ahora, la respuesta seguirá siendo caso por caso. Y en el medio, miles de estudiantes, docentes y familias adaptándose como pueden a un invierno que no da tregua.

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