
Las importaciones de productos terminados marcaron en octubre un récord histórico: más de 4.000 ítems ingresaron al país, impulsados principalmente por compras realizadas a través de plataformas digitales como Shein, Temu, Aliexpress y Amazon.
La cifra refleja un fenómeno que se profundiza y que, según especialistas, poco tiene que ver con un rebote del consumo interno.
Los bienes que llegaron al país abarcan prácticamente todos los rubros: alimentos (carnes, lácteos, pescados, frutas, verduras y panificados), bebidas, artículos de higiene, bazar, indumentaria, calzado, electrodomésticos, instrumentos musicales e incluso pequeños electrodomésticos.
El ingreso de bienes de consumo creció 62% interanual, ubicándose entre los rubros con mayor salto junto a vehículos (115%) y a la categoría “otros”, que engloba envíos por courier y compras online en plataformas chinas y globales. En este último caso, el incremento fue explosivo: 237%.
Una avalancha explicada por aranceles bajos y dólar importador barato
El INDEC informó que en octubre las compras externas alcanzaron US$ 1.194 millones, un alza del 48,8% frente al año pasado. En lo que va de 2025, las importaciones suman US$ 64.600 millones, de los cuales US$ 9.500 millones corresponden a bienes finales.
La tendencia coincide con un combo de factores:
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aranceles más bajos,
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un tipo de cambio importador por debajo de los $1.400,
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tiempos de entrega más cortos,
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y un cambio en los hábitos de compra.
Para muchas familias, comprar en plataformas digitales reemplazó al clásico viaje de frontera para conseguir precios más accesibles. El resultado: un aumento estadístico del volumen importado, aunque no necesariamente una mejora del poder adquisitivo.
La paradoja: suben las importaciones, pero el consumo masivo no despega
Aunque desde el Gobierno atribuyen el fenómeno a una recuperación del humor social —la confianza del consumidor subió 8,8% en noviembre, según la Universidad Torcuato Di Tella—, los datos duros muestran otra realidad:
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el consumo masivo creció apenas 2,2% interanual en octubre,
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la capacidad industrial utilizada se mantiene entre 58% y 61%, niveles similares a la pandemia,
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y rubros como el textil operan al 43%, con una caída del 12,7% en empleo privado desde agosto de 2023 (unas 16.000 personas).
La consultora Vectorial alertó sobre un 40% de capacidad ociosa en la industria, mientras que Econviews subrayó el deterioro del mercado laboral en actividades expuestas a la competencia importada.
La mirada industrial: “o producís valor agregado o repartís importado”
Los datos respaldan las advertencias del CEO de Techint, Paolo Rocca, quien durante la conferencia anual de la UIA advirtió sobre el avance del producto importado.
“El año pasado se importaban 5.000 lavarropas por mes y este año llegamos a 87.000. En heladeras pasamos de 10.000 a 80.000 unidades mensuales”, señaló.
Según Rocca, la presión de las importaciones coloca a muchas empresas frente a un dilema:
seguir fabricando en Argentina o reconvertirse para distribuir productos importados.
Un fenómeno que crece y preocupa
Aunque plataformas como Shein o Temu democratizaron la compra de productos importados a precios bajos, su irrupción masiva ya tiene efectos:
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caída de producción en ramas industriales sensibles,
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pérdida de empleo,
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desplazamiento de proveedores locales,
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y aumento de la dependencia del mercado externo.
Con un nuevo récord mensual y un crecimiento de tres dígitos en categorías vinculadas al comercio electrónico, el boom importador promete seguir siendo un tema central del verano económico argentino.





















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