En una provincia donde el crecimiento urbano e industrial pone cada vez más presión sobre los recursos naturales, el diputado Guillermo Monzani presentó un proyecto de ley que podría cambiar la forma en que Neuquén gestiona sus aguas. La iniciativa propone la eliminación progresiva de los vertidos líquidos, tanto industriales como cloacales, que hoy aún desembocan en los ríos y lagos neuquinos. El objetivo es alcanzar un "vertido cero" en un plazo de entre 10 y 15 años.
“Hoy no existe el vertido cero, pero las plantas troncales ya están operativas en el Limay, el Neuquén y también en lagos como el Lacar y el Nahuel Huapi”, explicó Monzani al fundamentar el proyecto. Según detalló, el tratamiento actual reduce el impacto, pero sigue habilitando que líquidos tratados lleguen a los cursos de agua. El proyecto, que será tratado en la Legislatura la próxima semana, busca revertir esa lógica.
La propuesta no es aislada. Monzani confirmó que el proyecto ya cuenta con despacho favorable y respaldo de distintos bloques legislativos, además del apoyo del Ejecutivo provincial. “Trabajamos junto a la Subsecretaría de Recursos Hídricos y sumamos aspectos del Código del Agua vigente”, explicó el legislador. La versión final del proyecto será presentada formalmente el próximo miércoles, tras la sesión prevista para este jueves.
En su argumentación, Monzani destacó que el texto establece una hoja de ruta clara: durante la próxima década y media, los vertidos líquidos deberán reducirse de manera progresiva. El objetivo no es solo mejorar la calidad del agua, sino establecer un nuevo estándar ambiental en el manejo de efluentes industriales y residuales.
El avance del proyecto se da en un contexto donde la preocupación por la contaminación de ríos y lagos crece entre vecinos, organizaciones ambientales y especialistas. El impacto del desarrollo industrial, el crecimiento urbano y la expansión del turismo ponen en discusión la capacidad de los ecosistemas acuáticos para absorber la actual carga de efluentes.
Aunque el legislador evitó hablar de sanciones a municipios o empresas, el proyecto establece que el cumplimiento del cronograma será monitoreado de forma periódica, lo que anticipa la posibilidad de futuras regulaciones más estrictas. La expectativa es que esta iniciativa marque el inicio de un cambio estructural en la gestión del agua en Neuquén.
El tratamiento legislativo, previsto para los próximos días, definirá si la provincia se encamina efectivamente hacia el objetivo de vertido cero.
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