A casi 18 años del crimen de Nora Dalmasso, un nuevo nombre emerge en la investigación: Roberto Bárzola. Este hombre, que ya había sido mencionado en la causa en sus inicios, vuelve al centro de atención tras confirmarse que su ADN coincide con las huellas genéticas recolectadas en la bata y el cuerpo de la víctima.
Bárzola, de 45 años, era un pulidor de pisos que había sido contratado para trabajar en la casa de la familia Macarrón en el exclusivo barrio Villa del Golf, en Río Cuarto. Según su declaración, el 26 de noviembre de 2006 se presentó en la vivienda, pero decidió retirarse al no encontrar a su jefe. Asegura haber visitado la casa en tres ocasiones, aunque sostiene que solo vio a Nora Dalmasso una vez.
Desde el inicio, la familia de la víctima insistió en que Bárzola fuera investigado, pero el fiscal a cargo en ese momento desestimó esa línea. Fue recién en los últimos años que el fiscal Pablo Jávega incorporó cientos de muestras de ADN a la causa, entre ellas la de Bárzola. Hace 10 días, el FBI confirmó que su huella genética es compatible con las evidencias encontradas en la escena del crimen.
Por ahora, la causa enfrenta un desafío legal, ya que está prescripta. Las autoridades están recopilando antecedentes que permitan avanzar en la acción penal. Mientras tanto, el nombre de Roberto Bárzola reabre un caso que marcó un antes y un después en el país y devuelve la atención a uno de los crímenes más resonantes.
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