La postal blanca de Caviahue tendrá que esperar. El centro de esquí de la cordillera neuquina confirmó este fin de semana que la temporada invernal 2025 llegó a su fin antes de lo previsto, golpeada por las altas temperaturas y la escasez de nevadas. El anuncio encendió la preocupación no solo de los fanáticos de la nieve, sino también de todo el sector turístico que depende de la actividad en la región.

En un comunicado oficial, la empresa concesionaria expresó: “Lamentamos anunciar el cierre del Centro de Esquí, debido a las altas temperaturas y falta de nevadas que no nos permiten continuar con la actividad. Agradecemos a todos los que nos acompañaron durante la temporada. ¡Nos vemos en el 2026!”. El mensaje, breve pero contundente, deja en evidencia un invierno marcado por la irregularidad climática.

Una temporada marcada por el clima

Caviahue, ubicado al pie del volcán homónimo y a orillas del lago, es uno de los destinos más atractivos de la cordillera neuquina. Este año, sin embargo, la naturaleza impuso sus condiciones: nevadas escasas y temperaturas por encima de lo habitual redujeron la acumulación de nieve en las pistas, lo que hizo imposible sostener la actividad hasta septiembre como en temporadas anteriores.

La situación no sorprendió del todo a los operadores turísticos. En distintos centros de esquí de la Patagonia se repite un escenario similar: temporadas más cortas y con mayor incertidumbre, que obligan a reacomodar expectativas y, en algunos casos, modificar las propuestas. Chapelco, Cerro Bayo y otros complejos también atravesaron dificultades para mantener abiertas sus pistas en ciertos tramos del invierno.

Impacto en la región

El cierre anticipado de Caviahue no solo afecta a quienes disfrutan del esquí o el snowboard. Detrás de cada temporada hay un entramado de hoteles, cabañas, restaurantes, transportistas y comercios que dependen del movimiento turístico. Aunque el complejo no difundió cifras oficiales, se estima que miles de visitantes recorrieron el destino entre julio y agosto, pero con una permanencia menor a la habitual.

En paralelo, la situación plantea un desafío para las economías locales que dependen del turismo de invierno. Caviahue, junto con Copahue —conocido por sus termas—, conforma un polo de atracción que genera ingresos directos e indirectos en la zona. La reducción de días de esquí impacta en la ocupación hotelera y en el gasto turístico, una preocupación creciente para comerciantes y prestadores.

Mirada hacia el futuro

A pesar de este cierre abrupto, las autoridades del centro de esquí ya piensan en la próxima temporada. “Nos vemos en 2026” fue la frase con la que cerraron su comunicado, una manera de reafirmar la continuidad de la apuesta. En el corto plazo, se enfocarán en la planificación y el mantenimiento de la infraestructura, mientras que la comunidad espera que el próximo invierno llegue con mejores condiciones naturales.

El desafío, sin embargo, es más amplio: la variabilidad climática parece consolidarse como un factor central en el futuro de la industria de la nieve. Adaptar la oferta, diversificar propuestas y pensar alternativas que trasciendan al esquí son estrategias que ya se discuten en distintos destinos de la Patagonia.

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