El uso de teléfonos celulares en las aulas genera una controversia constante en la educación. En algunos casos, se considera que pueden ser una herramienta útil para complementar el aprendizaje, siempre que se utilicen bajo reglas claras. Sin embargo, otros creen que, más allá de su potencial educativo, los celulares se han convertido en una distracción que afecta negativamente tanto el rendimiento escolar como la salud mental de los estudiantes. Este debate ha llegado al ámbito legislativo, donde varios proyectos buscan resolver el dilema: ¿Deberíamos limitar o prohibir su uso en las aulas?

Prohibir o regular: la visión de los diputados

El tema ha provocado una serie de iniciativas legislativas en la provincia de Neuquén, sin que se llegue a un consenso. Algunos diputados apuestan por una prohibición total, mientras que otros proponen restricciones más flexibles. Gisselle Stillger, diputada de la expresión libertaria Arriba Neuquén, es una de las principales defensoras de la prohibición absoluta. Según Stillger, los celulares no solo interfieren en el proceso educativo, sino que también afectan la salud mental de los jóvenes. “La prohibición en el ámbito escolar es una medida sensata, responsable y urgente”, sostuvo la legisladora, argumentando que en otros contextos como cines o aviones, el uso del celular ya está restringido, por lo que no ve razones para no hacer lo mismo en las aulas.

Además, Stillger anunció que trabaja en un proyecto de ley que busca erradicar el uso del celular en las escuelas. Asegura que regular no es suficiente, ya que el impacto de la tecnología en la concentración de los estudiantes requiere medidas más drásticas.

Proyectos de regulación: un enfoque moderado

Por otro lado, hay quienes optan por una postura más moderada. Diputados como César Gass (Juntos por el Cambio - UCR) han presentado proyectos que buscan limitar el uso de los celulares en las aulas, en lugar de prohibirlo por completo. Gass ha señalado que el uso sin restricciones puede exponer a los jóvenes a riesgos como el acoso escolar, el ciberbullying, e incluso la ludopatía, especialmente a través de las apuestas en línea. “El celular, en su uso descontrolado, afecta la capacidad de concentración y, en consecuencia, el rendimiento académico de los estudiantes”, afirmó el legislador.

En la misma línea, Carlos Coggiola (Neuquén Federal) ha planteado una iniciativa similar, enfocada en limitar el uso de celulares en las escuelas primarias e iniciales, un sector especialmente vulnerable a los efectos negativos de la tecnología sin control.

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