Cipolletti endurece los controles por Pirotecnia Cero

En la antesala de las fiestas de fin de año, Cipolletti decidió elevar al máximo la vigilancia para garantizar el cumplimiento de la ordenanza de Pirotecnia Cero, una normativa que cada diciembre vuelve al centro de la escena por su impacto en la vida cotidiana de miles de vecinos. Con operativos extendidos a todos los barrios, el Municipio busca evitar la circulación de artefactos sonoros y lumínicos que siguen generando riesgos y conflictos, tanto en materia de salud como de convivencia.

El refuerzo operativo llega acompañado de controles presenciales y virtuales: desde inspecciones a depósitos y vehículos de carga hasta la supervisión de publicaciones en redes sociales donde se detecta venta clandestina. Funcionarios locales remarcan que, además de prevenir accidentes, el objetivo es garantizar unas celebraciones más inclusivas para personas con trastornos del espectro autista, adultos mayores y animales, sectores que suelen verse más afectados por los estruendos.

Operativos coordinados y foco en las ventas clandestinas

Según explicó el secretario de Fiscalización, Diego Zuñiga, los procedimientos se desarrollan en conjunto con la Policía de Río Negro, la Fiscalía y personal de la Caminera. La estrategia apunta a cubrir los puntos más sensibles de la cadena de comercialización: comercios habilitados, depósitos temporarios, transporte de cargas y canales digitales donde cada año aparecen ofertas encubiertas.

“Los controles abarcan comercios, depósitos y vehículos de carga o transporte. También realizamos seguimiento de publicaciones en redes sociales donde se detecta venta de pirotecnia”, señaló Zuñiga, quien insistió en que el dispositivo se mantendrá activo durante todo el mes.

La ordenanza que rige actualmente es la modificación del Artículo 228 de la Ordenanza de Fondo 462-22, aprobada en 2024. Allí se establece la prohibición total de comercializar, distribuir, almacenar, tener en posesión o usar pirotecnia festiva dentro del ejido de Cipolletti, tanto en ámbitos públicos como privados. No hay excepciones para artefactos lumínicos o de bajo impacto: la norma abarca todos los dispositivos pirotécnicos sin distinción.

Multas que pueden superar los $3 millones

Desde el Juzgado de Faltas recordaron que las sanciones vigentes van desde 80 a 3500 SAM (Sanción Administrativa Municipal), con la posibilidad de clausura del local o depósito involucrado según la gravedad del hecho. Con el valor actualizado del SAM en $995, las multas pueden alcanzar los $3.482.500, una cifra que busca desalentar la venta clandestina, que suele intensificarse a partir de mediados de diciembre.

El Municipio también recordó que quienes detecten actividades de comercialización pueden comunicarse con la Central de Atención al Ciudadano (147) o enviar la denuncia a través del chatbot disponible en la página oficial. En los últimos años, este canal se convirtió en una fuente clave de información para desarticular ventas informales.

El trasfondo

La continuidad de la ordenanza no responde solo a cuestiones ambientales o de convivencia. Según datos aportados por organismos de salud, la pirotecnia sigue siendo una de las principales causas de quemaduras y lesiones oculares durante diciembre, especialmente en zonas donde el clima es seco y ventoso, como el Alto Valle.

A esto se suma el impacto de los ruidos fuertes en personas con TEA, para quienes los estallidos pueden desencadenar crisis sensoriales. Las protectoras de animales también alertan cada año sobre los episodios de estrés agudo en mascotas, que en ocasiones derivan en huida, accidentes y comportamientos peligrosos.

Aunque la discusión aparece cada temporada, las autoridades insisten en que el cumplimiento de la ordenanza requiere tanto de controles oficiales como del compromiso ciudadano. Y advierten que los operativos continuarán de forma sostenida en las próximas semanas para evitar que la pirotecnia vuelva a colarse en las fiestas locales.