La ciudad de Cipolletti dio un paso importante en su plan de ordenamiento vial con la apertura de sobres para una obra esperada desde hace más de una década: la transformación de dos intersecciones críticas sobre la Ruta Provincial 65, conocida localmente como la "Ruta Chica". La licitación, que contó con una sola oferta, fue presentada por la empresa Oscar Raúl Quidel por un monto de $1.676 millones. El plazo estimado para la ejecución es de 180 días corridos.

El proyecto busca resolver problemas estructurales que afectan tanto la seguridad como la fluidez del tránsito, especialmente en sectores donde se acumulan embotellamientos y se registran situaciones de riesgo vial. La obra se enmarca en un plan provincial de infraestructura financiado y coordinado por Vialidad Rionegrina.

Qué obras se harán y cómo impactarán

El plan contempla la construcción de dos intersecciones canalizadas sobre la Ruta 65:

  • Intersección con Avenida Juan Domingo Perón: Esta zona, donde confluyen la calle Vélez Sarsfield, la avenida Perón y las vías del Ferrocarril Roca, será reorganizada con un semáforo de cuatro tiempos. Además, se eliminará el acceso directo desde Vélez Sarsfield, canalizando su conexión solo a través de las colectoras. El objetivo es disminuir los puntos de conflicto y facilitar un tránsito más ordenado.

  • Nueva intersección en la proyección de calle Mosconi: Se construirá unos 600 metros al este de la intersección con Perón. Esta conexión permitirá a los vehículos livianos cruzar las vías del tren a nivel y acceder a la Ruta 65, especialmente desde los barrios ubicados al norte y al este de la ciudad.

Además de estos cambios puntuales, la obra incluye una serie de mejoras complementarias: ensanchamiento de la calzada, readecuación de veredas, instalación de semáforos peatonales accesibles, reubicación de postes, iluminación, cordones cuneta, defensas metálicas y nueva señalización.

Una deuda pendiente 

El intendente Rodrigo Buteler calificó la obra como “histórica” y destacó que se trata de una intervención de gran escala que no se veía en la ciudad desde hace al menos diez años. Para muchos vecinos, la iniciativa llega tras años de reclamos por el caos vial en ciertos tramos de la ruta, que además de congestionamientos generaban situaciones de peligro para peatones y conductores.

Más allá del discurso oficial, la necesidad de mejorar estos cruces es evidente. Con el crecimiento urbano y la expansión de barrios periféricos, el tránsito en la Ruta 65 se volvió cada vez más complejo. La falta de planificación previa dejó zonas muy transitadas con cruces peligrosos, accesos improvisados y escasa señalización.

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