Después de un período prolongado sin servicios de diagnóstico por imágenes de alta complejidad, el Hospital "Pedro Moguillansky" de Cipolletti vuelve a operar su tomógrafo computado y resonador magnético. La reanudación del servicio responde a una necesidad urgente de miles de pacientes que, hasta ahora, debían ser derivados a otras localidades o esperar largos plazos para acceder a estos estudios.

La reparación implicó una inversión de 80.000 dólares, una cifra considerable en un contexto donde el sistema de salud público enfrenta restricciones presupuestarias y escasez de recursos. A pesar del gasto, la decisión fue considerada prioritaria por la dirección hospitalaria debido a la demanda de localidades como Fernández Oro, Cinco Saltos, Contralmirante Cordero, Barda del Medio y Catriel, que también dependen de este hospital cabecera.

En lo técnico, el tomógrafo necesitó el reemplazo completo del tubo de rayos X y del driver del colimador, componentes críticos para su funcionamiento. Mientras tanto, el resonador magnético de 1,5 Tesla —clave para estudios complejos como imágenes neurológicas o musculoesqueléticas— fue reparado bajo garantía de fábrica tras presentar fallas que lo dejaron fuera de servicio por un tiempo.

¿Cómo acceder a los estudios?

Para los usuarios del sistema público de salud, acceder a los turnos para estos estudios requiere presentar la orden médica correspondiente. El hospital habilitó canales de solicitud tanto presenciales como digitales. A través del número de WhatsApp 299-5501291 o el correo electrónico [email protected], los pacientes pueden gestionar sus citas, en un intento por reducir la burocracia y facilitar el acceso, especialmente a quienes viven lejos del hospital.

Desde el hospital destacaron que los estudios están disponibles tanto para adultos como para niños, lo que amplía la cobertura asistencial en una región donde las clínicas privadas son inaccesibles para una parte significativa de la población sin obra social.

Más que una reparación: una deuda con la comunidad

Aunque la reactivación de los equipos es una noticia positiva, no resuelve todos los problemas de fondo del sistema de salud en la región. Persisten dificultades como la escasez de insumos, falta de personal especializado y una infraestructura que no siempre acompaña el crecimiento demográfico de la zona.

El restablecimiento del servicio es un avance, pero también un recordatorio de la vulnerabilidad del sistema público frente a la falta de mantenimiento preventivo y de planificación a largo plazo. Para muchos pacientes, este tipo de estudios puede significar un diagnóstico temprano o un tratamiento oportuno. En ese sentido, más que una inversión tecnológica, se trata de una deuda con el derecho a la salud.

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