En un movimiento que reconfigura el mapa político del peronismo neuquino a menos de tres meses de las elecciones, Darío Martínez renunció a la presidencia del Partido Justicialista de Neuquén y anunció que no será candidato en los próximos comicios nacionales. La noticia fue confirmada este martes a través de un extenso comunicado, donde el actual legislador provincial explicó que su salida responde a la necesidad de "no entorpecer" la consolidación del frente Fuerza Patria, una nueva herramienta política que busca enfrentar al oficialismo libertario.
“Lo personal es inferior a lo general”, afirmó Martínez, quien justificó su renuncia en clave militante: prefiere correrse de los cargos para que el espacio avance sin obstáculos hacia una propuesta unificada que exprese a todo el campo nacional y popular. Su decisión fue leída hacia adentro como un gesto político, pero no exento de tensiones. Sectores internos del PJ consideran que deja un vacío difícil de llenar en plena antesala electoral.
La interna que no fue
Uno de los principales puntos de fricción en el armado de Fuerza Patria fue el mecanismo de definición de candidaturas. Martínez venía promoviendo —como lo estableció el último Congreso del PJ neuquino— que los candidatos surgieran de elecciones internas abiertas, con participación de todas las fuerzas integrantes del frente. Esta postura, según remarcó en el comunicado, no fue acompañada por el resto de los espacios, que prefirieron cerrar acuerdos por consenso.
“El mandato del Congreso fue claro”, sostuvo Martínez. “Pero en un frente prima el consenso, y si no lo hay, no tiene sentido forzar una instancia que no cuenta con el respaldo necesario”. En ese marco, optó por apartarse tanto de la conducción del PJ como de una eventual postulación, al considerar que insistir con esa posición podría convertirse en un obstáculo para la unidad.
Un frente con una meta clara: frenar a Milei
A lo largo del texto, el exfuncionario nacional no ahorra críticas al actual presidente Javier Milei. Calificó su gestión como “el mayor daño de la historia al pueblo argentino” y enumeró las medidas que, a su entender, justifican la necesidad de construir una alternativa política sólida: ajuste a los jubilados, despidos en el Estado, cierre de organismos, paralización de obras públicas, ahogo presupuestario a las universidades, y un ataque sistemático al sistema productivo y las PyMEs.
Desde su nueva posición —ya no como presidente del PJ, sino como militante—, Martínez aseguró que continuará impulsando la construcción de Fuerza Patria con el objetivo de disputar el poder en 2027. “No hay provincia pujante si no hay un país que crezca, produzca y genere empleos”, expresó. Para él, la unidad del peronismo y sus aliados no solo es una estrategia electoral, sino una necesidad política frente a un modelo que considera regresivo y excluyente.
Aunque su renuncia dejó sabor amargo en algunos sectores, también abrió un nuevo capítulo dentro del justicialismo neuquino. Ahora resta ver cómo se reorganiza el partido, quién tomará la posta y si la unidad a la que apunta Martínez logra materializarse en una lista común que capitalice el descontento social sin caer en viejas lógicas de fragmentación.
Por lo pronto, Darío Martínez se baja de la pelea electoral, pero no del escenario político. Promete seguir recorriendo los barrios, militando en las bases y empujando un frente que aún debe consolidarse.
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