Durante Semana Santa muchas personas buscan conectar con lo espiritual, y en la provincia de Neuquén, esa búsqueda encuentra un camino literal: el Camino de la Fe, un corredor turístico que atraviesa la provincia desde el norte hasta el sur, integrando más de 40 capillas, monumentos religiosos, sitios históricos y escenarios naturales.

Si bien el proyecto es impulsado desde el Ministerio de Turismo, lo cierto es que el atractivo del Camino de la Fe va mucho más allá de una iniciativa oficial, porque involucra tradiciones locales, comunidades creyentes, expresiones culturales y paisajes únicos que dialogan con la espiritualidad.

Entre la fe, la historia y el paisaje

El recorrido inicia en Ailinco, en la región del Alto Neuquén, y se extiende hasta Villa La Angostura, al sur de la provincia. En el trayecto, se destacan pueblos y parajes que combinan el patrimonio religioso con el encanto natural, generando una propuesta que trasciende el turismo confesional.

Por ejemplo, en Ailinco —un pequeño paraje cordillerano rodeado por aguas termales y el imponente volcán Domuyo— se rinde homenaje a la Virgen de Lourdes cada 11 de febrero en una capilla muy visitada por crianceros y habitantes de la zona.

En Las Ovejas, se realiza una de las manifestaciones religiosas más multitudinarias del norte neuquino: la peregrinación a San Sebastián, que tiene lugar cada enero y que ahora se incorpora a este corredor.

También Huinganco se suma al circuito, con un proyecto en desarrollo que promete ser un nuevo símbolo: el Sagrado Corazón de Jesús, obra del escultor Alejandro Santana, será emplazado en un punto estratégico desde donde se pueden ver las cordilleras del Viento y de los Andes.

Del arte religioso al legado jesuita

Más al sur, en Chos Malal, los visitantes pueden realizar una caminata espiritual hacia la imagen del Cristo en el cerro de la Cruz. Mientras tanto, Cutral Co destaca por su colección de esculturas religiosas creadas por Aldo Beroísa, entre ellas un monumento a Cristo, un Vía Crucis y una recreación de La Última Cena.

El tramo final del Camino de la Fe pasa por Junín de los Andes, con el parque temático Vía Christi, también diseñado por Santana, que fusiona elementos de la cosmovisión mapuche con el cristianismo. Allí también se encuentra el santuario de Ceferino Namuncurá, uno de los beatos más venerados de la región.

La travesía concluye cerca de Villa La Angostura, donde se conserva un hito poco conocido: la Misión Jesuita de Nahuel Huapi, fundada en el siglo XVII. Esta presencia, casi olvidada, aporta un matiz histórico valioso a una propuesta que busca conectar la fe con la memoria y el territorio.

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