La Ruta 7, principal conexión entre la ciudad de Neuquén y la zona petrolera de Vaca Muerta, tiene desde este lunes su primer radar en funcionamiento. El dispositivo fue instalado en el kilómetro 32, a la altura del tráiler de la Dirección Provincial de Seguridad Vial, y comenzará a registrar la velocidad de los vehículos que circulan por el corredor.
Sin embargo, aún no habrá multas: el equipo operará en una fase de prueba destinada a recopilar datos y analizar el comportamiento del tránsito en uno de los tramos más peligrosos y congestionados de la provincia.

El proyecto forma parte del plan del Gobierno neuquino para fortalecer los controles en rutas con alta circulación de camiones, trabajadores petroleros y automovilistas que viajan a diario entre la capital y Centenario. La medida surge en un contexto de aumento de siniestros viales y reclamos por mayor presencia del Estado en la prevención.

Una etapa de medición y diagnóstico

El director provincial de Seguridad Vial, Diego Alfonso, explicó que el objetivo inicial es contar con información precisa sobre el flujo vehicular, velocidades promedio y franjas horarias de mayor tránsito. “Este radar nos permitirá obtener un informe objetivo de cómo se encuentra la vía de circulación, antes de avanzar con las sanciones”, indicó.

Los datos serán analizados por el Observatorio de Seguridad Vial, que buscará definir estrategias específicas para cada tramo. El dispositivo está conectado a un sistema central que permite monitorear en tiempo real la circulación y establecer patrones de comportamiento.

Por el momento, la prioridad no será sancionar sino construir una base de evidencia técnica. “En los primeros meses no habrá emisión de infracciones. La idea es trabajar de manera objetiva, con datos fehacientes”, remarcó Alfonso.

Más radares y una mirada a largo plazo

La instalación del radar en la Ruta 7 es solo el primer paso de un plan que contempla la incorporación de más equipos —fijos y móviles— en distintos puntos estratégicos del corredor hacia Añelo. El proyecto se articula con la Secretaría de Emergencias y Gestión del Riesgo, que ya había anunciado la llegada de dos cinemómetros: uno fijo y otro móvil, ambos destinados a reforzar el control de velocidad.

La ubicación del primer radar no fue elegida al azar: el kilómetro 32 concentra buena parte del tránsito pesado que se dirige hacia los yacimientos y también es una zona donde se han registrado accidentes graves en los últimos años. La expectativa oficial es que la presencia visible del dispositivo contribuya a generar un cambio cultural entre los conductores, más allá de las futuras sanciones.

Desde el Gobierno provincial aseguran que, una vez finalizada la etapa de medición, se dará inicio al período de control efectivo con la aplicación de multas automáticas. Esa transición se realizará “de manera progresiva y con comunicación previa a la ciudadanía”, destacaron fuentes del área de Seguridad.

Un paso hacia la prevención

La colocación del radar en la Ruta 7 representa un avance concreto en la política de prevención vial de Neuquén. No busca castigar desde el primer día, sino entender cómo se comporta el tránsito en una de las arterias más transitadas y riesgosas del norte neuquino.

El desafío será sostener el equilibrio entre la tecnología y la concientización: que el radar sirva para salvar vidas, no solo para recaudar. En una provincia donde la movilidad está directamente ligada a la actividad petrolera, cualquier mejora en seguridad vial también implica cuidar a los trabajadores que cada día se desplazan por ese corredor.

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