El Senado convirtió en ley la suba de 7,2% a las jubilaciones, llevó el bono de $70.000 a $110.000 y extendió la moratoria previsional, en una sesión marcada por choques políticos, sistemas caídos y ausencias estratégicas. Milei ya había advertido que vetará estas leyes por considerarlas un golpe al equilibrio fiscal.

El proyecto que aumenta los haberes y el bono se aprobó con 52 votos afirmativos y 4 abstenciones, gracias a una alianza entre peronistas, radicales y partidos provinciales, superando los dos tercios necesarios para blindar la sanción.

En tanto, la moratoria previsional también salió adelante con 39 votos a favor, 14 en contra y una abstención.

Desde el oficialismo dicen que la sesión es nula

La Libertad Avanza, gran parte del PRO y otros aliados libertarios pegaron el faltazo a la sesión y adelantaron que judicializarán el tema. Para ellos, la sesión es “nula” y los despachos de comisión, inválidos.

Mientras tanto, el recinto arrancó la jornada pasadas las 14.15, tras conseguir quórum con los 34 senadores del interbloque peronista y aportes clave de la UCR como Eduardo Vischi, Martín Lousteau, Favio Fama, Pablo Blanco y Maximiliano Abad. También se sumaron Carlos “Camau” Espínola, Alejandra Vigo, Mónica Silva y senadores santacruceños cercanos al gobernador Claudio Vidal, entre otros.

Debate caliente y pases de factura

El peronista Mariano Recalde abrió el fuego defendiendo la suba jubilatoria aunque admitió que es “mínima” y apenas alcanza para gastos pequeños. Pero insistió en que el proyecto tiene financiamiento propio, incluyendo partidas que el Ejecutivo había destinado a la ex SIDE.

“Permite llevar un pequeño alivio a los jubilados y responder fiscalmente a esta necesidad”, afirmó Recalde.

Por el PRO, Carmen Álvarez Rivero rechazó la suba y pidió abordar el problema de fondo: la informalidad laboral. “Si de verdad queremos ayudar a los jubilados, tenemos que resolver el problema de diez millones de trabajadores que están en la informalidad y no aportan”, lanzó.

Otra voz crítica fue Guadalupe Tagliaferri (PRO), quien acusó al Gobierno de considerar a los jubilados como parte de “la casta”, aunque votó en contra de la moratoria previsional.

Por su parte, la senadora rionegrina Mónica Silva sostuvo que era “muy importante lograr la aprobación” y pidió “sensibilidad” al Gobierno para que la ley pueda implementarse.

Qué implica la moratoria

La moratoria permitirá que personas en edad jubilatoria —hombres desde 65 años y mujeres desde 60— que no alcanzan los 30 años de aportes puedan regularizar su deuda previsional y acceder a la jubilación mínima. Sin esa moratoria, solo podrían acceder a la PUAM (Prestación Universal al Adulto Mayor) a los 65 años, cobrando el 80% del haber mínimo y sin derecho a pensión por viudez.

Se estima que unas 440.000 personas podrían ingresar a la moratoria en los próximos dos años, aunque deberán cumplir ciertos requisitos.

El veto en el horizonte

Con la ley aprobada, todas las miradas se posan ahora en la Casa Rosada. Milei reiteró que vetará estas iniciativas por atentar contra el ajuste fiscal, anticipando otro round entre el Congreso y el Ejecutivo.

Mientras tanto, los jubilados aguardan certezas sobre si verán el aumento en sus bolsillos… o si todo quedará, otra vez, en suspenso.

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