Un grupo de vecinos que integraron la Cooperativa 127 Hectáreas decidió instalarse en la vereda de Casa de Gobierno en busca de respuestas. Reclaman que pagaron por un terreno para construir su vivienda, pero nunca accedieron a él y aseguran que llevan años esperando una solución.

La protesta comenzó este martes temprano en la esquina de Roca y La Rioja, donde las familias montaron carpas y reposeras, acompañadas por una bandera que sintetiza el reclamo: “Estafados de la Cooperativa 127 Hectáreas”. Según expresaron, la medida es por tiempo indefinido y responde al cansancio acumulado tras múltiples promesas que nunca se cumplieron.

El malestar de los vecinos se hace evidente al escuchar sus testimonios. Uno de ellos, que prefirió mantenerse en el anonimato, explicó que su decisión de acampar surge de la falta de respuestas concretas. “Jorge Salas, ex funcionario de este gobierno, ya nos hizo muchas promesas. Ahora queremos que el gobierno nos dé respuestas”, señaló, recordando que la situación no es nueva y que las gestiones se repiten sin llegar a un resultado.

El reclamo se centra en lo que consideran una desigualdad en el acceso a los lotes. “Vemos cómo se entregan terrenos a otras familias y nosotros seguimos esperando, pese a haber pagado para tener nuestro hogar”, lamentó el vecino. El contraste, aseguran, los coloca en una situación de desesperanza, ya que muchos de ellos aportaron durante años en la expectativa de acceder a una vivienda propia y hoy deben seguir alquilando o viviendo en condiciones precarias.

El pedido es claro: quieren ser escuchados directamente por las autoridades. Mencionaron al ministro Tobares como interlocutor clave para avanzar en una salida concreta. “Queremos que venga a escuchar nuestras demandas”, repitió otro de los manifestantes. Para ellos, la presencia de un funcionario con poder de decisión es fundamental para destrabar un conflicto que, hasta ahora, solo les dejó frustraciones.

La escena en Casa de Gobierno se convirtió en un recordatorio visible de un problema que lleva años sin resolverse. Familias completas permanecen en el lugar con la intención de sostener la protesta el tiempo que sea necesario. “No buscamos generar problemas, pero estamos desesperados porque necesitamos nuestras viviendas”, dijo uno de los voceros, reflejando la tensión entre la necesidad de ser escuchados y la intención de no confrontar con la sociedad neuquina.

Detrás de cada carpa hay historias de sacrificios económicos y de ilusiones postergadas. Muchos de los integrantes de la cooperativa abonaron cuotas durante años con la expectativa de recibir un lote que les permitiera planificar su futuro. Sin embargo, hasta hoy esa promesa no se materializó. La sensación de haber sido estafados se repite en cada relato y, de allí, el nombre con el que decidieron visibilizar su reclamo.

La medida de fuerza, que se mantendrá sin plazo definido, busca instalar nuevamente en la agenda pública un conflicto que no solo es legal y administrativo, sino también humano. Las familias insisten en que no están dispuestas a esperar más, y que la paciencia ya se agotó. En sus palabras se percibe el peso de la incertidumbre y el miedo a que la historia vuelva a repetirse sin que nada cambie.

Por lo pronto, la protesta permanecerá frente a Casa de Gobierno hasta que llegue una señal concreta. Los vecinos no saben cuánto tiempo durará el acampe, pero sí están seguros de algo: no piensan abandonar su derecho a reclamar por el techo que, aseguran, ya pagaron y aún no tienen.

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