El sistema de fotomultas en Neuquén dejó de ser una simple herramienta de control para convertirse en un factor clave en la seguridad vial urbana. Con sanciones que superan los dos millones de pesos, las cámaras instaladas en las principales avenidas registran día y noche cada maniobra peligrosa: cruces indebidos, giros prohibidos o el clásico uso del celular al volante.
Según datos oficiales, desde que se amplió la red de monitoreo, la cantidad de infracciones promedio por cámara cayó de ocho a tres, lo que demuestra —según el municipio— que la medida logró modificar conductas.
Cifras que sorprenden
El listado de multas es tan amplio como costoso. La falta más cara sigue siendo cruzar un semáforo en rojo, con valores que van desde $268.400 hasta más de $2.013.000, dependiendo de la gravedad y de si el infractor paga en término.
Otras infracciones frecuentes también representan montos elevados:
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Circular sin cinturón de seguridad o estacionar en doble fila: entre $67.100 y $671.000.
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Usar el celular mientras se conduce: desde $134.200 hasta $671.000.
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Invadir la senda peatonal: multas de $134.200 a $268.400, con descuentos por pago voluntario.
Estos importes se actualizan de forma trimestral, de acuerdo con el valor del litro de nafta súper, por lo que pueden variar durante el año. Las autoridades municipales remarcan que el objetivo no es sancionar por sancionar, sino “salvar vidas y ordenar el tránsito”.
Las faltas más detectadas por las cámaras
Los registros muestran que la invasión de la senda peatonal concentra el 69% de las infracciones detectadas. Le siguen los giros indebidos, con un 21%, y el cruce del semáforo en rojo, con cerca del 15% del total.
La franja horaria más conflictiva se ubica entre el mediodía y las cinco de la tarde, cuando el tránsito se intensifica. Además, casi el 20% de los vehículos multados pertenece a otras provincias, principalmente Río Negro, lo que refleja que el sistema no distingue domicilio: la infracción llega al titular registrado en el dominio.
La ciudad cuenta hoy con más de 200 cámaras activas distribuidas en avenidas clave como Mosconi, Alfonsín, Leloir y Doctor Ramón, y ya se proyecta la instalación de otras cien. Las imágenes, además de detectar faltas de tránsito, son utilizadas por la policía provincial para reforzar la seguridad ciudadana.
Un sistema que genera debate
El esquema de fotomultas no solo redujo infracciones, también generó un fuerte debate sobre la recaudación. Según datos oficiales, el municipio percibe unos $250 millones mensuales por multas, con una proyección anual de más de $3.000 millones.
Desde la Secretaría de Finanzas, Fernando Schpoliansky explicó que el sistema “no apunta a recaudar, sino a construir conciencia”. No obstante, varios automovilistas expresan su malestar ante la magnitud de las sanciones, sobre todo en un contexto económico ajustado.
La municipalidad defiende el programa como una política integral de seguridad vial: “No hay control sin sanción. Y no hay cambio de hábitos sin control”, aseguran desde el área de Tránsito. A la par, continúan las campañas de educación vial en escuelas y barrios, buscando consolidar una cultura más responsable al volante.




















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