El jefe de Gabinete de Javier Milei, Guillermo Francos, reconoció este miércoles que el Gobierno Nacional impone un tope a las paritarias salariales, al tiempo que justificó la intervención estatal en las negociaciones entre trabajadores y empleadores.
“Si uno permite que los salarios se vayan más allá de lo que se ha establecido como pauta, los precios después aumentan y los mismos vuelven a reclamar”, señaló en declaraciones a C5N.
Sus palabras llegaron horas después de que la Secretaría de Trabajo convocara a una renegociación del acuerdo salarial que ya había sido cerrado entre la Federación de Empleados de Comercio y las cámaras empresarias del sector.
El acuerdo bajo la lupa
El convenio salarial de los trabajadores mercantiles preveía una suba total del 5,4% para el trimestre, más sumas fijas:
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Abril: 1,9% + $35.000
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Mayo: 1,8% + $40.000
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Junio: 1,7% + $40.000
Ese entendimiento fue objetado por el Gobierno, que ahora busca limitar cualquier aumento que supere la inflación estimada.
Francos argumentó que “hay que establecer la relación del salario con los índices de inflación”, marcando que la administración libertaria tiene una pauta oficial para las subas salariales.
Rechazo sindical
Las declaraciones encendieron las alarmas en el movimiento obrero, que ve con preocupación cómo el Ejecutivo interviene en acuerdos privados ya firmados. En el sector afirman que el Gobierno no sólo se niega a homologar los aumentos, sino que además alienta que las patronales desconozcan lo pactado.
En los hechos, el planteo del Gobierno rompe con el principio de negociación libre entre las partes, algo que el propio Milei había defendido en campaña bajo la bandera del "libre mercado". Ahora, en nombre del control de precios, las paritarias también tienen cepo.
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