En 1956, Rodolfo Walsh recibió un dato: uno de los hombres fusilados en los basurales de José León Suárez seguía con vida. La frase "hay un fusilado que vive", lanzada por un desconocido en un bar de La Plata, se convirtió en el punto de partida de una investigación que revelaría crímenes de la dictadura encabezada por Aramburu. Con esa pista, Walsh reconstruyó los hechos que llevaron al fusilamiento de militantes peronistas que se habían alzado contra el régimen.
La crónica, publicada primero como una serie de notas y luego en formato libro bajo el título Operación Masacre (1957), no solo denunció una masacre silenciada, sino que inauguró en la Argentina el género de la no ficción. Walsh combinó las herramientas del periodismo de investigación con una narrativa inigualable que, además de darle voz a los sobrevivientes y amplificar esas historias, dejó en evidencia la brutalidad del aparato represivo.
"Soy una fusilada que vive"
"Yo soy una fusilada que vive"
En el Día de la Resistencia Peronista, Cristina Kirchner le agradeció a Dios "por estar viva" y recordó la tapa del Diario Clarín del día después del atentado en su contra: "Los mentores de esa sentencia son ellos, no es un invento mío". pic.twitter.com/SKSKEh3miP
— Corta (@somoscorta) June 9, 2025
Cristina dijo esa frase esta tarde en la sede del PJ Nacional que preside. La dijo a una semana de anunciar su candidatura a diputada provincial. La dijo mientras giran distintas versiones sobre su condena por la causa llamada Vialidad. “Soy una fusilada que vive y no me va a alcanzar la vida para agradecerle a Dios estar viva”, dijo y con esa frase rememoró el intento de homicidio que sufrió en el 2022.
La decisión sobre la causa Vialidad está en las manos de la Corte: la inhabilitan para ejercer cargos públicos y, por lo tanto, la proscriben o revisan el fallo. En las últimas horas, perdió fuerza la versión que decía que el máximo tribunal daría su veredicto este martes. Al cierre de este lunes, no hubo más novedades sobre los movimientos de la Corte.
El Peronismo, por otro lado, se movió. En el Día de la Resistencia, Cristina los convocó a todos. Axel sentado en primera fila, escoltado por Mayra Mendoza y Mariel Fernández, intendentas de Quilmes y Moreno respectivamente. El cuervo Larroque en un costado, contra la pared. Los Moreau (Leopoldo y Cecilia). Mario Secco, Andrés Watson, Julio Alak. Felipe Sola, Paula Pennaca, Itai Hagman. Leo Grosso, Juan Manuel Olmos. Gabriel Katopodis, Verónica Magario, Cristina Álvarez Rodríguez, Walter Correa, Fernando Espinoza y Carlos Bianco.
“No es sólo una casualidad. Estamos recordando cuando se asesinó en los basurales de José León Suárez a militantes y dirigentes sindicales. Unos días después, el fusilamiento del general Juan José Valle y otros oficiales del Ejército Argentino. En esta nueva generación digital se ha instalado que la grieta, como si fuera un fenómeno que apareció el 25 de mayo de 2003 con Néstor Kirchner. Bueno, no, estas cosas pasaban en el país, fusilaban gente”, recordó la exmandataria.
A casi siete décadas de su publicación, la crónica de Walsh vive. Cristina se fue 70 años para atrás para volver a explicar el origen de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y volvió con el puntapié inicial de Operación Masacre: "Soy una fusilada que vive", dijo. Fue hasta el 55 y explicó que la mal llamada Revolución Libertadora fue la que incorporó a la Argentina en el FMI e inauguró un periodo de toma de de deuda que se repitió en todos los gobiernos de facto, en el gobierno de Macri y ahora en el gobierno de Milei.
"Yo estaré presa pero la gente va a estar cada día peor. No hay solución para el país con esta política. Por eso apuntan a que cuando esto se caiga después de las elecciones no haya alternativa organizada para conducir un proceso político que requiere patriotismo y coraje para plantarse frente a los que hay que decirles que no”, cerró Cristina desde la calle para la militancia que se acercó a la sede del PJ Nacional.
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