Huinganco, una comunidad enclavada en las laderas de la Cordillera del Viento, fue elegida por el gobierno de Neuquén como su única postulante al certamen “Best Tourism Villages 2025”, una iniciativa impulsada por la Organización Mundial del Turismo (OMT), organismo dependiente de las Naciones Unidas.
El concurso busca premiar a pequeñas localidades que se destacan por preservar su patrimonio cultural, fomentar el turismo sostenible y fortalecer sus economías rurales. En esta edición, 30 pueblos de 15 provincias argentinas se postularon para representar al país. Sin embargo, solo ocho serán seleccionados por el Ministerio de Turismo de la Nación el próximo 22 de mayo para competir a nivel internacional.
En un escenario federal donde algunas provincias como Salta, Chubut y Jujuy presentaron múltiples candidatos, Neuquén apostó exclusivamente por Huinganco. Esta decisión no solo refleja el interés provincial por visibilizar sus destinos emergentes, sino también una estrategia que busca posicionar al turismo rural como un motor de desarrollo regional.
Entre bosques, historia y comunidad
Huinganco no es un destino turístico tradicional. Su atractivo no radica en grandes infraestructuras ni en circuitos masivos, sino en su carácter sereno, su entorno natural privilegiado y su estrecha relación con la historia y las prácticas comunitarias. Rodeado de cerros, bosques de coníferas y paisajes de estepa, este pequeño pueblo ha sabido revalorizar sus raíces andinas y proyectarse como un lugar ideal para el senderismo, el ecoturismo y las experiencias culturales auténticas.
Su pasado minero, todavía presente en la memoria colectiva y en algunas edificaciones rústicas, le da una identidad particular dentro del mapa turístico de Neuquén. En los últimos años, los propios habitantes han impulsado iniciativas de turismo responsable, conservación ambiental y recuperación de saberes locales, consolidando una imagen que va más allá de la postal pintoresca.
Una competencia con proyección internacional
La postulación de Huinganco se inscribe en un contexto donde las comunidades rurales buscan alternativas sostenibles para subsistir frente a los desafíos económicos y climáticos. Programas como el de la OMT ofrecen visibilidad global y, en algunos casos, acceso a redes de cooperación técnica y financiamiento.
En 2023, el pueblo sanluiseño de La Carolina logró ese reconocimiento. Si Huinganco sigue ese camino, competirá con decenas de localidades rurales de distintos continentes que también buscan destacar por su autenticidad y compromiso con un turismo que respete a las personas y al entorno.
Más allá del resultado, la candidatura de Huinganco pone en el centro del debate el rol que pueden jugar los pequeños pueblos en una industria turística que, cada vez más, valora la singularidad y la sustentabilidad por encima del volumen de visitantes.
Comentarios