El incendio forestal que afecta al Valle Magdalena, dentro del Parque Nacional Lanín, continúa siendo una de las principales preocupaciones de las autoridades y equipos de emergencia. Con una extensión de 24.100 hectáreas devastadas, las autoridades mantienen un arduo trabajo de contención. A pesar de los avances obtenidos en los últimos días, el pronóstico climático empeora la situación: se esperan ráfagas de viento de hasta 50 km/h y lluvias moderadas a fuertes que podrían agravar la propagación del fuego.
El relieve montañoso de la zona, particularmente en áreas como los cañadones, genera un aceleramiento de las corrientes de aire, lo que dificulta aún más el trabajo de los brigadistas. Estos vientos intensos, combinados con las lluvias, representan una amenaza adicional, ya que podrían reavivar zonas previamente controladas o complicar la extinción en sectores de difícil acceso.
Acciones en terreno y apoyo aéreo
El día de hoy, los esfuerzos se centran en dos puntos clave: el sector 4, ubicado en Cañadón Grande, y el sector 8, en Nahuel Mapi. Los brigadistas continúan utilizando motobombas y herramientas manuales para enfriar las áreas más afectadas por el fuego. Además, en un esfuerzo por contener la propagación, se está procediendo a la apertura y ampliación de fajas cortafuego, tareas que requieren gran esfuerzo humano y una coordinación precisa.
Para facilitar el acceso a las zonas más complicadas, se cuenta con el apoyo de dos helicópteros que realizan traslados de brigadistas y descargan agua sobre los puntos críticos. La colaboración entre diversas instituciones sigue siendo fundamental en esta operación. Entre los organismos involucrados se encuentran el Gobierno de Neuquén, el Parque Nacional Lanín, el Sistema Provincial de Manejo de Fuego, Vialidad Provincial, bomberos voluntarios, la Policía de Neuquén, el Ejército Argentino y las municipalidades de San Martín de los Andes y Junín de los Andes, que trabajan de manera conjunta para mitigar los efectos del incendio.
Impacto ambiental y futuro incierto
A pesar de los esfuerzos realizados por todos los equipos involucrados, el desafío sigue siendo enorme. El impacto de este incendio en el ecosistema local es significativo, y la región, reconocida por su biodiversidad y belleza natural, continúa siendo amenazada. Los recursos naturales de la provincia de Neuquén, uno de los principales activos de la zona, siguen en riesgo.
La situación sigue siendo delicada y, aunque los brigadistas continúan trabajando sin descanso, el clima y la orografía del terreno continúan siendo factores que complican la tarea de extinción.
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