A cuatro días de las elecciones legislativas, una bomba política sacudió la alianza oficialista en el corazón del conurbano bonaerense. En La Matanza, el distrito más populoso del país —y uno de los más hostiles para el mileísmo—, el PRO decidió retirar a sus fiscales del operativo de control electoral, dinamitando su acuerdo con La Libertad Avanza (LLA) y dejando a la vista las tensiones internas entre ambos espacios.

La ruptura: Finocchiaro y la caja que no aparece

El quiebre fue encabezado por Alejandro Finocchiaro, exministro de Educación y principal referente del macrismo en el distrito, quien hasta ahora era un aliado clave del armado libertario en Buenos Aires. Su equipo, que debía aportar más de mil fiscales, anunció que no participará del operativo por supuestos “malos manejos” de los fondos de fiscalización.

El conflicto tiene un protagonista: Luis “Lucho” Ontiveros, operador político con pasado peronista y hombre de confianza de Sebastián Pareja, el armador bonaerense de Milei y tercero en la lista de diputados nacionales. Según fuentes del PRO, Ontiveros habría centralizado la logística y los recursos económicos sin rendición clara. “Plata que no aparece, viáticos que no llegan y promesas que se evaporan”, resumió un dirigente amarillo.

Desde LLA negaron cualquier irregularidad y denunciaron una “operación política”. Sin embargo, la fractura es difícil de ocultar. En un contexto en el que la Boleta Única de Papel (BUP) convierte la fiscalización en un punto clave, la pérdida de estructura en un distrito donde Milei perdió por más de 20 puntos en septiembre golpea de lleno al operativo electoral.

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