Después de un cierre de listas con más tensiones que aplausos, el peronismo bonaerense entró en modo campaña y todo indica que Axel Kicillof se calzó la campaña al hombro.

A menos de dos meses de las elecciones legislativas del 7 de septiembre, el gobernador se puso al frente de las recorridas territoriales de sus candidatos y empezó a marcar el ritmo de Fuerza Patria, la nueva marca electoral del oficialismo provincial.

Por ahora, el protagonismo del mandatario es claro. En la Primera y la Tercera sección electoral —donde se juega buena parte del futuro del peronismo en la provincia— Kicillof ya se mostró en distintos distritos respaldando a postulantes propios.

Ayer, incluso, se trasladó a Miramar para encarar el desafío de seducir votos en una sección compleja: la más extensa del interior, con poco peso legislativo pero mucha simbología electoral.

Según fuentes del entorno del gobernador, la campaña seguirá un guion claro hasta mediados de agosto: gestión, gestión y más gestión. Obras, anuncios y recorridas en territorio para apuntalar a los candidatos sin tierra, esos que no tienen un intendente que los presente.

Todo eso cambiará cuando comience la veda de actos públicos, momento en que habrá un viraje hacia eventos más políticos.

El cierre de listas dejó cicatrices, pero la campaña arranca en orden

En La Plata celebran que, pese a las tensiones del cierre de listas, la campaña arrancó sin sobresaltos. La prueba de fuego fue el acto en Quilmes que compartieron Kicillof y Mayra Mendoza, donde las internas quedaron debajo de la alfombra al menos por un rato. “Estuvo muy bien, demasiado bien”, admiten en el búnker del axelismo.

La Tercera sección es, por ahora, el bastión más sólido para Fuerza Patria. En la Primera, en cambio, el panorama es más complejo. No solo por la fragmentación del voto, sino por la candidatura de Julio Zamora (intendente de Tigre), que encabeza la lista de Somos Buenos Aires y podría restarle votos claves al peronismo. “Es el único que nos puede robar votos”, admiten en la mesa chica del oficialismo.

¿Quién ganó el cierre de listas?

El reparto final de candidaturas dejó una sensación mixta. A simple vista, La Cámpora logró un buen posicionamiento, pero el axelismo fue quien salió fortalecido en términos de volumen político: presentó cerca de 3.000 candidaturas en los 135 municipios de la provincia y forzó una negociación final que garantizó la unidad.

“Logramos contener a sectores que suelen ver los cierres por televisión”, dicen con satisfacción en la Gobernación. También destacan que todo el proceso fue consensuado “minuto a minuto” con los socios del Movimiento de Futuro (MdF), algo inédito en el peronismo bonaerense de los últimos años.

Con todo, nadie niega que quedaron heridas abiertas. “Es normal”, dicen cerca de Kicillof.

En dos semanas volverán a enfrentarse al cierre de listas para las elecciones nacionales de octubre y la incógnita es si el método bonaerense podrá exportarse. Por lo pronto, desde algunos sectores aliados ya empezaron a agitar dudas en los medios. En La Plata, por ahora, responden con territorio y gestión.

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