La conducción de la CGT y el gobernador bonaerense Axel Kicillof cerraron un acuerdo político estratégico de cara a las elecciones legislativas de 2025, pero con la mirada puesta en un eventual armado presidencial para 2027. Tras un encuentro en la sede histórica de Azopardo, ambas partes pactaron la inclusión de representantes sindicales en las listas bonaerenses, como parte de un esquema de articulación que ya se viene trabajando desde las regionales cegetistas.

Según consignó el sitio especializado en información sindical InfoGremiales, se espera que al menos dos candidatos con perfil sindical ocupen lugares expectantes en la lista de la provincia de Buenos Aires. Desde la CGT recordaron que cuentan con 32 regionales distribuidas en el territorio bonaerense que ya están trabajando políticamente con el equipo del gobernador, articulando vía el ministro de Trabajo Walter Correa, ex titular del sindicato de curtidores.

El sindicalismo se encolumna detrás de Kicillof

“Estamos trabajando en todo el país”, remarcó un dirigente de peso dentro de la conducción cegetista, quien agregó que la CGT ya tiene presencia activa en Chaco, Salta y Jujuy, donde dirigentes sindicales encabezan candidaturas provinciales.

El respaldo a Kicillof quedará sellado públicamente el 24 de mayo, en un acto que se realizará en el camping del gremio UPCN en La Plata, donde será formalizado el Movimiento Derecho al Futuro, la estructura política que impulsa el mandatario bonaerense como línea interna del peronismo.

Allí, el movimiento obrero espera tener un rol protagónico y dejar atrás el distanciamiento que arrastra con Cristina Fernández de Kirchner, con quien varios referentes gremiales mantienen diferencias desde hace más de una década.

Hacia una alianza estratégica con peso electoral

Este acuerdo consolida al “axelismo” como uno de los polos en disputa dentro del PJ bonaerense y nacional, y plantea un escenario de reordenamiento del peronismo, en un contexto donde muchas estructuras tradicionales buscan alternativas a la conducción cristinista.

Para la CGT, el acercamiento a Kicillof implica recuperar protagonismo político en las listas y garantizar una representación propia en el Congreso, en momentos en que el sindicalismo está en tensión con el Gobierno nacional por el avance de la Ley Bases, la desregulación del mercado laboral y la caída del poder adquisitivo.

Con un discurso que combina defensa de los derechos laborales y proyección electoral, el acuerdo entre la CGT y Kicillof marca el inicio de una etapa en la que el sindicalismo vuelve a jugar en la mesa grande de la política nacional.

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