La Universidad Nacional del Comahue atraviesa una de las crisis más duras de los últimos tiempos. Solo en la Facultad de Economía y Administración, entre febrero y agosto de este año, renunció el 14% de los docentes. Son 45 los profesores que dejaron su cargo y otros 15 los que pidieron licencia sin goce de haberes, lo que en total representa 60 bajas sobre una planta de 434. La cifra refleja un éxodo que no se detiene y que empieza a comprometer seriamente el funcionamiento académico.
“Yo siento, personalmente, que es un plan ideado para exterminar a las universidades públicas, porque la gente se está yendo y nosotros no tenemos cómo reponer a esos profesionales que se formaron con posgrados y concursos”, alertó Mariela Martínez, decana de la facultad. Sus palabras reflejan la preocupación de una institución que hoy ve amenazada no solo su plantel docente, sino también la continuidad de carreras claves como Administración, Contador Público o Matemática.
Sobrecarga y vacantes imposibles de cubrir
El impacto de las renuncias se traduce en aulas desbordadas y cátedras desarmadas. Según detalló Martínez, hay materias con 300 estudiantes que pasaron de tener un equipo de cuatro docentes a contar con apenas dos. Esa reducción obliga a repartir más horas de trabajo, más exámenes para corregir y más responsabilidades que terminan en agotamiento.
“Estamos asignando tareas que no corresponden. Los docentes se cansan, y cuando abrimos inscripciones para cubrir las vacantes, no se presenta nadie”, explicó. El problema no solo afecta a los profesores: en el sector no docente también hubo renuncias rápidas. “Tuvimos casos de personal que concursó, ingresó y en menos de un año se fue”, añadió la decana.
A la par, la incertidumbre previsional acelera jubilaciones. Quienes tienen la edad y los requisitos se retiran antes de que posibles cambios en la ley los dejen afuera. Todo ocurre en un contexto en el que los salarios perdieron, según Martínez, más del 35% de poder adquisitivo desde que comenzó la actual gestión nacional.
Salarios que no alcanzan y estudiantes que dejan de cursar
El sueldo de un profesor asociado con máxima antigüedad, por 10 horas de trabajo, no llega a los 600 mil pesos. Ese es hoy el techo salarial en un sistema que compite en desventaja con terciarios y escuelas medias, donde los ingresos son más altos. Así se explica buena parte del éxodo.
La situación también repercute en los estudiantes. Actualmente hay 2.800 activos en la facultad y 900 en condición de regulares. Muchos, según relató la decana, se ven obligados a reducir la cantidad de materias por cuatrimestre o incluso a abandonar sus estudios porque deben salir a trabajar.
El panorama se agrava por los recortes presupuestarios. En el edificio nuevo de la facultad todavía funciona la luz de obra y el servicio de limpieza pasó a tener menor frecuencia. Son señales de un ahogo financiero que, para las autoridades, amenaza con profundizarse si la ley de financiamiento universitario finalmente es vetada.
Una facultad clave para Neuquén
La Facultad de Economía y Administración no es una unidad académica más dentro de la UNCo. De allí egresaron dos gobernadores de Neuquén: Omar Gutiérrez y el actual mandatario, Rolando Figueroa. Ese dato dimensiona la importancia de un espacio que históricamente formó cuadros técnicos y profesionales para la provincia.
Hoy, sin embargo, la continuidad de esa tradición está en riesgo. La pérdida de docentes calificados, la falta de interés en cubrir vacantes y los bajos salarios ponen en jaque un modelo universitario que alguna vez fue sinónimo de movilidad social.
Martínez lo resumió con crudeza: “Es muy preocupante esta situación y no tiene miras de mejorar”. Una frase que, más allá de los números, condensa la sensación que atraviesa a toda la comunidad universitaria del Comahue.
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