La política sudamericana vuelve a escribir un capítulo intenso. Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, se convertirá este jueves en el primer jefe de Estado en visitar a Cristina Fernández de Kirchner durante su prisión domiciliaria, en un gesto de alto valor simbólico que no pasa inadvertido en el tablero regional y que deja al presidente argentino Javier Milei pintado en el fondo de la foto de la cumbre del Mercosur.
La visita de Lula a Buenos Aires ocurre en medio de una relación tensa con el Gobierno libertario, que arrastra meses de cruces y desplantes.
Basta recordar que Milei no sólo calificó a Lula de “corrupto” y “comunista”, sino que además evitó cualquier reunión bilateral con él durante su último paso por Brasil, cuando prefirió sacarse la foto con Jair Bolsonaro y el bloque de ultraderecha.
Cristina Libre, Lula Livre
La movida del líder del PT tiene además un telón de fondo emocional y político: la campaña “Cristina Libre”, inspirada en el lema “Lula Livre”, que se usó durante la detención del brasileño en Curitiba entre 2018 y 2019.
Aunque durante aquel tiempo Cristina no llegó a visitar personalmente a Lula, sí lo hizo Alberto Fernández en julio de 2019, antes de ser electo presidente. Ahora, es el mandatario brasileño quien devuelve el gesto político, rompiendo el aislamiento que rodea a la ex presidenta desde que la Corte Suprema ratificó su condena a seis años de prisión.
Una señal política con nombre y apellido
La visita no solo es un respaldo personal a Cristina, sino también una señal política que reafirma las lealtades ideológicas en el mapa regional.
Lula y Cristina mantienen un vínculo de larga data, forjado durante los años en que ambos ocuparon las máximas magistraturas de sus países, aunque en los últimos tiempos el lazo había quedado más en segundo plano, eclipsado por la figura de Alberto Fernández.
La decisión de Lula de acercarse a Cristina en este momento de debilidad política y judicial para la líder del PJ puede leerse como un gesto de solidaridad y de alineamiento político frente al avance de gobiernos de derecha en la región.
Milei, cada vez más solo en el bloque
Mientras tanto, Milei sigue sin lograr tender puentes con el principal socio comercial de la Argentina. El presidente libertario no tendrá reunión a solas con Lula en el marco de la cumbre del Mercosur, lo que consolida la distancia diplomática entre Buenos Aires y Brasilia.
La postal no podría ser más nítida: mientras Lula se reúne con la principal adversaria política del Gobierno libertario, Milei queda marginado de la agenda bilateral. Una escena que, más allá de lo protocolar, revela que la geopolítica sudamericana sigue marcada por afinidades ideológicas que trascienden los cargos y las coyunturas.
La visita de Lula a Cristina no sólo rompe el cerco sobre la ex presidenta, sino que también le envía un mensaje a la región: la disputa por el rumbo político de América del Sur está lejos de haberse terminado.
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