Productores agropecuarios y representantes de asociaciones rurales del oeste bonaerense se reunieron en 9 de Julio bajo el paraguas de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), y el clima fue más que tenso.
Las promesas de eliminar las retenciones siguen sin plazos y las obras hídricas están paralizadas, mientras los campos se inundan y los costos operativos no paran de subir.
El encuentro no fue casual: se realizó el 17 de julio, una fecha cargada de simbolismo para el sector agropecuario. Ese mismo día, en 2008, el entonces vicepresidente Julio Cobos emitía su histórico “voto no positivo” contra la resolución 125, marcando la ruptura definitiva entre el kirchnerismo y el campo.
Carteles en la ruta y catarsis en la asamblea
“Déficit cero con retenciones = relato”, “Con retenciones no crece nadie”, “Sembramos para el Estado”: los carteles que aparecieron a la vera de la Ruta 5 anunciaban el tono del encuentro.
Si bien aún no se plantearon medidas de fuerza, lo que predominó fue un sentimiento de frustración. “Nos estamos fundiendo”, fue la frase más repetida entre los más de 150 productores que participaron.
En el fondo, los reclamos apuntan a una combinación letal: precios internacionales en baja, costos dolarizados en alza y presión fiscal sin alivio. Pero es el último factor el que genera más bronca. La mayoría evitó criticar abiertamente al gobierno de Milei, aunque reconocen que la motosierra también les llegó.
En los distritos de la cuenca del río Salado, muchos campos están anegados. Las obras de ensanchamiento y profundización del cauce quedaron frenadas desde diciembre pasado. “Si se hubieran terminado, las inundaciones eran evitables”, fue una de las quejas más escuchadas.
El recuerdo de los ’90 y el temor a volver atrás
Entre los productores de escala media y baja, el miedo es concreto: que se repita el ciclo de endeudamiento y pérdida de tierras que se vivió durante la década del noventa. “Si seguimos así, muchos van a tener que hipotecarse para sembrar”, advirtieron. Con los números justos y sin margen para errores, temen una ola de remates si el escenario no cambia.
El pedido de baja de retenciones, sin embargo, choca con los límites del propio gobierno. El FMI presiona para que se mantengan y el Ejecutivo necesita dólares para sostener el tipo de cambio hasta las elecciones. Esa tensión se traslada a la relación con el campo, cada vez más tirante.
En la previa de la asamblea, el presidente de Carbap, Ignacio Kovarsky, evitó criticar a Milei y prefirió apuntar al pasado: “Luis Caputo hizo un gran trabajo de ordenamiento macro”, dijo, aunque aclaró que “falta una pata productiva”. Reiteró además la promesa habitual: “Si bajan las retenciones, el campo responde con producción”.
También celebró el reciente encuentro de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace con el Presidente, destacando que, por primera vez, no se trató de una reunión exclusiva con la Sociedad Rural.
Pero no todos en el sector comparten el entusiasmo. La Federación Agraria, que representa a los pequeños productores, anunció que no asistirá a la exposición de La Rural como forma de expresar su disconformidad. Su presidenta, Andrea Sarnari, ya tomó distancia.
La mirada ahora está puesta en el sábado 26, cuando Milei hablará en la expo de Palermo. Algunos en el agro esperan un anuncio que alivie tensiones. Otros, más escépticos, recuerdan una de las frases del Presidente durante la reunión con la Mesa de Enlace: “Yo me encargo de la macro, ustedes hagan el resto”.
Comentarios