A pesar de ser presentado como el gran motor del crecimiento energético argentino, Vaca Muerta no está cumpliendo, al menos en el presente, con una de sus promesas más repetidas: la generación de empleo. Así lo expresó Marcelo Rucci, secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, al remarcar que el escenario actual está muy lejos del ideal que se difunde.
El dirigente fue contundente: “Vaca Muerta promete futuro, pero no ofrece trabajo hoy”, en referencia a la saturación del sistema productivo y al tipo de inversiones que se están ejecutando actualmente, centradas en infraestructura y no en expansión directa de la actividad extractiva.
Inversiones que no generan empleo inmediato
Durante una entrevista con Canal 7, Rucci explicó que el grueso de las inversiones se está destinando a obras de transporte, como ductos para petróleo y gas, una etapa crucial para la logística del sector, pero que no requiere grandes volúmenes de mano de obra.
Si bien continúan las tareas de perforación y fractura, no es posible aumentar la actividad ni sumar personal porque no hay capacidad para evacuar más crudo del que ya se produce. “Estamos topados. Hasta que no terminen los ductos hacia el Atlántico, no hay posibilidad de ampliar”, señaló.
Mientras tanto, la imagen de Vaca Muerta como tierra de oportunidades laborales sigue alimentando la llegada de personas que buscan trabajo, muchas veces sin respaldo ni información clara sobre la situación real. “Llegan con esperanza y se encuentran con que no hay lugar para ellos. Eso los empuja a condiciones de vida precarias”, denunció el sindicalista.
La presión social: un problema que crece sin respuesta
El problema no es solo laboral. Rucci también advirtió sobre el impacto social que provoca esta migración constante hacia las zonas petroleras, en especial en Neuquén. Barrios periféricos comienzan a mostrar signos de colapso, con demanda creciente de servicios sociales, vivienda y asistencia estatal.
“La provincia no da abasto. Los recursos son limitados y la llegada desordenada de familias genera tensiones en todos los niveles. No hay infraestructura urbana que acompañe este crecimiento”, sostuvo. Según el dirigente, esto genera un círculo vicioso de vulnerabilidad que el Estado aún no logra contener.
Un desarrollo que aún no incluye a todos
Aunque el potencial de Vaca Muerta es indiscutido, Rucci reclamó una estrategia más integral. “Los recursos están, pero hay que ordenar el desarrollo. No puede ser que generemos millones en exportaciones mientras hay gente durmiendo en camionetas porque no encuentra trabajo”, remarcó.
La advertencia sindical deja en claro que Vaca Muerta, hoy por hoy, es más promesa que realidad para muchos. Si no se planifica pensando en la gente y no solo en los números, el crecimiento energético puede terminar profundizando desigualdades en lugar de resolverlas.
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