Neuquén sigue enfrentando las secuelas de los incendios que, a lo largo de las últimas semanas, arrasaron con miles de hectáreas de terreno, afectando tanto el ecosistema como las actividades productivas locales. En este contexto, el gobierno provincial firmó un acuerdo con el Consejo Federal de Inversiones (CFI) que contempla una inversión de 1.000 millones de pesos para mitigar los efectos del desastre y promover la recuperación de las zonas más afectadas.

El acuerdo, firmado por el gobernador Rolando Figueroa y el presidente del CFI, Ignacio Lamothe, establece una serie de medidas para hacer frente a las pérdidas sufridas por las explotaciones rurales, las comunidades mapuches, y los sectores agropecuarios, industriales, turísticos y forestales. Entre los objetivos del convenio se destaca no solo la asistencia inmediata para paliar los daños materiales, sino también el diseño de un plan de prevención y restauración para el futuro.

Medidas urgentes y acciones a futuro para enfrentar la crisis

El gobernador Figueroa expresó su compromiso con la rápida implementación de los recursos, que serán destinados a apoyar a los productores, emprendedores y familias que han visto devastadas sus tierras y fuentes de trabajo. Las más de 15.000 hectáreas afectadas incluyen zonas de producción agrícola, ganadera y forestal, así como importantes áreas naturales que incluyen al Parque Nacional Lanín, lo que complica aún más la situación.

El plan de asistencia incluye un componente técnico y financiero que permitirá financiar proyectos que faciliten la recuperación de las pasturas y la reposición de animales perdidos, así como la reparación de infraestructuras críticas para la actividad rural. Además, el acuerdo prevé la creación de un programa para promover la reforestación y restauración de los ecosistemas dañados.

Un punto clave de este esfuerzo es la colaboración entre distintas partes. Además de los actores gubernamentales, se convocará a expertos en medio ambiente y a organizaciones sociales y productivas locales para diseñar medidas de restauración a largo plazo. La idea es evitar que los daños sufridos se repitan y minimizar el impacto de futuros incendios mediante una mejora en las prácticas de prevención y control de siniestros.

Desafíos económicos y sociales en las zonas más afectadas

El impacto de los incendios no solo es ambiental; también ha dejado graves consecuencias económicas y sociales. La actividad turística, que constituye una de las principales fuentes de ingresos en algunas de las zonas afectadas, ha experimentado una caída abrupta debido a la destrucción de los paisajes y la infraestructura. Asimismo, las comunidades mapuches, que dependen de la tierra para su subsistencia, se han visto gravemente perjudicadas.

Por otro lado, el sector agropecuario enfrenta un panorama difícil, con pérdidas económicas que afectarán tanto a grandes empresas como a explotaciones familiares. La reconstrucción de estas actividades será una de las prioridades de los planes que se impulsarán con los fondos asignados por el CFI.

El trabajo conjunto entre el gobierno provincial, el CFI y las comunidades afectadas será clave para reactivar estas áreas, restablecer los medios de vida y garantizar que los efectos de los incendios no se prolonguen más allá de lo estrictamente necesario.

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