Donald Trump compartió esta semana un video generado con Inteligencia Artificial (IA). En la publicación, se muestra al presidente de Estados Unidos paseando entre rascacielos de lujo y playas paradisíacas en lo que él denomina su "proyecto" para la región de Gaza. El contenido fue duramente criticado y despertó preocupación sobre las verdaderas intenciones políticas de Estados Unidos en el territorio palestino.
El video dura 33 segundos y comienza con imágenes de la destrucción en Gaza por parte del ejercito israelí. Luego, la escena muestra una versión futurista con un hotel llamado "Trump Gaza", una estatua gigante del magnate en oro y personas disfrutando de la opulencia. Entre los personajes recreados con IA aparecen Benjamín Netanyahu tomando tragos junto al presidente norteamericano y Elon Musk revoleando dólares.
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La publicación llega tras las declaraciones del mandatario sobre sus "planes" para la región: la expulsión forzosa de la población palestina y la transformación de Gaza en la "Riviera de Medio Oriente". Las imágenes del video refuerzan esta idea y lo muestran a Trump en una fiesta con odaliscas y a Netanyahu relajado bajo el sol con cócteles en mano. La frivolización del conflicto generó indignación en redes sociales y múltiples críticas internacionales.
Además, el video está acompañado por una canción que ensalza la visión de Trump para la región. "Donald Trump lo va a liberar, trayendo la vida para que todos la vean. No más túneles, no más miedo, la Gaza de Trump está finalmente aquí", dice parte de la letra. La utilización de IA para promover este mensaje enciende las alarmas sobre la manipulación de la opinión pública.
El presidente de Estados Unidos está desbocado. El video de Gaza refuerza su estrategia de campaña basada en la provocación y el espectáculo mediático. Ese parece ser el método de los gobiernos que están al servicio de las oligarquías en el mundo. El uso de imágenes falsas para proyectar un futuro que ignora la tragedia humanitaria en Gaza no pasó desapercibido. El video generó un nuevo punto de conflicto en el reciente desembarco del republicano en la Casa Blanca.
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