La ciudad de Neuquén podría convertirse en una de las primeras del país en implementar un sistema de fotomultas ciudadanas para sancionar a quienes arrojen residuos en lugares indebidos. La propuesta, presentada por el bloque del Movimiento Popular Neuquino (MPN) en el Concejo Deliberante, busca aprovechar la participación vecinal y las nuevas tecnologías para frenar la proliferación de microbasurales que afectan a distintos barrios de la capital.

El proyecto plantea que los vecinos puedan registrar infracciones a través de una aplicación móvil, enviando fotos o videos como prueba al Juzgado Municipal de Faltas, que será el encargado de validar la evidencia y aplicar las multas. La idea toma como referencia el sistema ya vigente en la ciudad para denunciar vehículos que obstruyen rampas para personas con discapacidad, un programa que demostró buenos resultados en materia de convivencia urbana.

“Queremos que los ciudadanos sean parte activa del control ambiental. La tecnología puede ser una gran aliada si se usa con responsabilidad”, explicó Victoria Fernández, vicepresidenta del Deliberante y presidenta de la Comisión de Legislación. Según adelantó, el expediente podría obtener despacho favorable en los próximos días y tratarse durante noviembre.

Un problema que se repite en los barrios

La iniciativa surge como respuesta a un fenómeno que preocupa cada vez más al municipio: los microbasurales que vuelven a formarse incluso poco después de ser limpiados. “Hay sectores donde retiramos residuos y, a las dos semanas, están igual de llenos. Tenemos recolección diaria y centros de transferencia, pero es un problema de conducta ciudadana”, señaló Cristian Haspert, subsecretario de Limpieza Urbana.

Los principales focos de acumulación se concentran en las bardas cercanas a la Autovía Norte, los sectores costeros de Confluencia y Valentina, y varios baldíos urbanos donde las cámaras de seguridad no logran registrar las patentes de los vehículos que arrojan los desechos. Por eso, el nuevo sistema busca sumar ojos ciudadanos allí donde el control estatal no alcanza.

Actualmente, el programa de fotomultas colaborativas —destinado a denunciar obstrucciones de rampas— cuenta con más de un centenar de usuarios activos. De ellos, un 20 % no pertenece al grupo de personas con discapacidad, pero colabora para mejorar la accesibilidad y la convivencia. Con esta experiencia previa, el municipio evalúa si es necesario crear una nueva app o ampliar la existente, en coordinación con la Secretaría de Modernización.

Participación y sanción, una combinación posible

Si el proyecto avanza, las imágenes enviadas por los vecinos tendrán valor probatorio y permitirán sancionar a los infractores sin necesidad de que un inspector esté presente. La medida, sin embargo, también abre el debate sobre el uso responsable de las herramientas digitales y la necesidad de preservar la privacidad de las personas denunciadas.

Desde el MPN aseguran que el sistema estará regulado para evitar abusos y que los datos se canalizarán de forma segura al área de Faltas. El espíritu, remarcan, no es punitivo sino preventivo, con el fin de desalentar las prácticas que afectan la limpieza y el ambiente urbano.

Aunque el proyecto aún no cuenta con el respaldo de todos los bloques, existe consenso general sobre la urgencia de abordar el problema de la basura desde un enfoque integral. “La participación ciudadana es clave para cambiar hábitos. Las multas son una herramienta, pero lo importante es la conciencia”, resumió Fernández.

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