Durante los últimos años, el reparto de los fondos nacionales evidenció un giro cada vez más pronunciado hacia el centro del país. Un estudio reciente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) ubica a Neuquén entre las jurisdicciones más perjudicadas en la distribución secundaria de la coparticipación federal, junto con Chubut, Misiones y Salta.
Entre 2015 y 2024, la provincia perdió cerca del 7% de su participación relativa en los recursos automáticos que transfiere la Nación, una merma que impacta de lleno en el presupuesto y en la capacidad de sostener políticas públicas, salarios y obras de infraestructura.
El informe plantea que el fenómeno se consolidó a lo largo de la última década, reflejando una tendencia estructural: Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fueron las únicas que mejoraron su posición en el reparto. CABA, favorecida por el fallo de la Corte Suprema que elevó su coeficiente primario al 2,95%, incrementó su participación en un 73%. Buenos Aires, por su parte, logró un aumento del 15% gracias a compensaciones derivadas del Consenso Fiscal.

La brecha territorial en aumento
El IARAF advierte que la reasignación de fondos tuvo un impacto directo en las provincias productoras como Neuquén, cuya economía aporta recursos estratégicos al país, especialmente por la explotación de Vaca Muerta y las regalías hidrocarburíferas. Sin embargo, la dependencia de la coparticipación federal sigue siendo alta, sobre todo para financiar el funcionamiento del Estado y sostener la inversión social.
En 2024, los envíos automáticos y no automáticos de la Nación registraron un retroceso real de entre el 7% y el 8% en la mayoría de las jurisdicciones. Neuquén no fue la excepción. “El esquema muestra un desplazamiento del equilibrio inicial: CABA y Buenos Aires son las grandes ganadoras, mientras el resto del país se reparte una porción cada vez menor”, resume el informe.
La concentración de recursos, sostiene el estudio, amplía la desigualdad territorial y tensiona los vínculos fiscales entre Nación y provincias. El documento enfatiza que, tras más de treinta años sin reformas estructurales, el régimen de coparticipación vigente se ha vuelto obsoleto frente a los nuevos desafíos económicos y demográficos.
Una discusión que vuelve al centro del debate
En Neuquén, el tema resurge cada vez que se agudizan las restricciones fiscales nacionales. Las autoridades provinciales reiteran el reclamo por mayor previsibilidad y equidad en la distribución de fondos, advirtiendo que la pérdida de peso relativo limita la planificación de obras y la ejecución de programas sociales.
“El esquema actual ya no refleja la realidad económica de las provincias. Es necesario debatir un nuevo modelo que contemple tanto la capacidad de recaudación como las responsabilidades de gasto”, plantea el informe del IARAF, que vuelve a encender una discusión largamente postergada.
Mientras Buenos Aires y CABA fortalecen su posición, Neuquén y gran parte del interior siguen reclamando un reparto más justo y federal, que les permita sostener su desarrollo sin depender de los vaivenes políticos o judiciales.
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