Neuquén está a punto de encarar una de las obras más ambiciosas de su historia urbana: la transformación integral de la avenida Mosconi. El proyecto, que se desplegará a lo largo de 14 kilómetros, no solo promete agilizar la circulación y sumar espacios verdes, sino que apunta a resolver un problema que durante décadas afectó a vecinos y barrios enteros: las inundaciones.
La primera etapa abarcará el tramo de 20 cuadras entre Gatica y Linares. Según anticipó el municipio, la licitación ya está en marcha y, una vez adjudicada, los trabajos tendrán un plazo de ejecución de un año. La clave estará en eliminar el viejo terraplén —que alguna vez funcionó como defensa contra las crecidas del río— y que hoy actúa como una verdadera represa urbana, generando anegamientos y dividiendo a la ciudad.
El corazón de la obra será el rediseño del sistema pluvial. Los nuevos conductos permitirán que el agua de lluvia escurra de manera ordenada hacia los desagües troncales, evitando que Mosconi y los barrios cercanos se inunden cada vez que llueve con intensidad.

El ingeniero Alejandro Nicola, secretario de Coordinación e Infraestructura, explicó que cada cuadra estará conectada a la red principal, derivando caudales hacia los arroyos Durán y Villa María, y de allí a los ríos Limay y Neuquén. “Es una obra que mejora la seguridad hídrica de toda la ciudad”, señaló, destacando que no se trata solo de pavimento, sino de un cambio estructural en la manera de gestionar el agua.
De ruta nacional a boulevard integrado
Mosconi fue pensada originalmente como la traza urbana de la Ruta Nacional 22, elevada sobre un terraplén. Esa barrera, que en su momento protegía a Neuquén de las crecidas, hoy es un obstáculo que interrumpe la trama urbana y acentúa los problemas de drenaje. Su eliminación permitirá unir barrios que hasta ahora estuvieron aislados y darle continuidad a la ciudad.
El nuevo diseño prevé cuatro carriles por mano, estacionamiento, cruces peatonales cada 100 metros y bicisendas en todo el recorrido. A eso se sumarán mobiliario urbano, espacios verdes y un parque lineal equivalente a 25 plazas, con forestación de especies nativas e iluminación LED de bajo consumo.
Nicola remarcó que no se trata de un simple boulevard, sino de “un espacio preparado para contingencias hídricas y pensado para las próximas generaciones”.
Una obra por etapas y con tránsito planificado
La construcción avanzará en tramos de entre 400 y 600 metros para reducir el impacto en la vida cotidiana. El tránsito pesado será desviado por colectoras, donde se prohibirá estacionar para habilitar tres carriles por mano.
El esquema prevé trabajar primero en los carriles centrales y luego avanzar sobre colectoras, veredas y bicisendas, lo que permitirá mantener la circulación mientras se desarrolla la obra. Desde el municipio aseguran que la planificación apunta a que la ciudad pueda seguir funcionando con la menor cantidad de complicaciones posibles.
El nuevo ícono urbano de Neuquén
Con este proyecto, Mosconi dejará de ser una frontera dentro de la ciudad para convertirse en un corredor de integración, movilidad y encuentro. Será una avenida con espacios verdes, preparada para el crecimiento urbano y con infraestructura pensada para evitar anegamientos.
Para el gobierno municipal, la obra marcará un antes y un después en la vida urbana neuquina, consolidándose como el mayor proyecto de obra pública en la capital. “Es mucho más que un cambio estético: es mejorar la calidad de vida de toda la ciudad”, sintetizó Nicola.
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