Con banderas celestes y blancas flameando al viento, chocolate caliente en mano y el sonido de tambores y clarines marcando el paso, la ciudad de Neuquén se prepara para celebrar el 209° aniversario de la Declaración de la Independencia con un gran desfile patrio. El evento será el próximo martes 9 de julio, desde las 15 hasta las 17, en pleno centro capitalino.

El recorrido del desfile abarcará las calles Sarmiento y Mitre, con sentido oeste-este, y el palco oficial estará instalado frente al Monumento a los Caídos en Malvinas. Se espera una fuerte participación de instituciones educativas, fuerzas de seguridad, agrupaciones tradicionalistas y vecinos, en una jornada que busca recuperar el espíritu festivo del 9 de Julio, con eje en la identidad, la memoria y el encuentro ciudadano.

Una celebración abierta y en familia

El acto es organizado de forma conjunta entre el Gobierno de la Provincia del Neuquén, la Municipalidad de la capital, la Fundación BPN, el Banco Provincia del Neuquén y distintos ministerios provinciales. La convocatoria no sólo invita a presenciar el desfile, sino también a vivir una jornada de encuentro comunitario, con entrega de banderitas argentinas y chocolate caliente para quienes asistan.

“La idea es que sea una fiesta de todos, en la que celebremos nuestra historia con alegría, sin perder de vista los valores que nos unen como argentinos: la unidad, la soberanía y la identidad nacional”, expresaron desde la organización.

Desde el Gobierno provincial se recomendó llegar con tiempo para poder disfrutar del evento completo, ya que se espera una gran concurrencia y se organizarán cortes parciales en el tránsito vehicular en el área del desfile.

Más que un acto, una señal de comunidad

En un contexto donde muchas veces la agenda diaria está dominada por la política y la economía, este tipo de actos funcionan como una pausa simbólica para mirar hacia atrás, valorar lo construido y reencontrarse con las tradiciones compartidas.

El desfile patrio en Neuquén es una postal que se repite cada año, pero no por eso pierde vigencia. Al contrario: con el correr del tiempo se vuelve una excusa necesaria para que las familias salgan a la calle, para que los más chicos vean a sus escuelas marchar y para que, entre todos, la fecha no se convierta en un simple feriado, sino en un motivo de orgullo colectivo.

Este martes, en pleno invierno patagónico, la ciudad volverá a teñirse de celeste y blanco. Porque incluso en tiempos de incertidumbre, hay símbolos que siguen convocando. Y el 9 de Julio es, quizás, el más importante de todos.

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