El mapa energético de Neuquén acaba de sumar un capítulo que, hace unos meses, parecía difícil de imaginar: 32 proyectos de inversión privada para desarrollar pequeñas y medianas centrales hidroeléctricas en diferentes puntos de la provincia. La cifra sorprendió incluso a quienes impulsaron la convocatoria, que buscaba recuperar este tipo de emprendimientos con un enfoque distinto al tradicional: menos dependencia del Estado y mayor protagonismo del capital privado.

Desde el Ministerio de Planificación, Innovación y Modernización, el ministro Rubén Echeverry explicó que el objetivo inicial era medir el verdadero interés del sector privado en asumir obras costosas, de recuperación lenta y con una fuerte carga técnica. “Siempre fueron proyectos que encaraba el Estado por sus montos y plazos. La pregunta era si algún privado estaba dispuesto a arriesgar su propio capital y a qué precio podría pagarse la energía para amortizar esas inversiones”, señaló en diálogo con LU5.

La respuesta fue más sólida de lo previsto. De más de 100 empresas y entidades invitadas, 32 presentaron iniciativas concretas, un número que —según Echeverry— superó ampliamente las expectativas. Tras una primera evaluación técnica y económica, quedaron 15 proyectos preseleccionados con precios de energía considerados “razonables” para este tipo de desarrollo: entre 110 y 145 dólares por megavatio hora.

Un mapa energético que se diversifica

Los emprendimientos preseleccionados están repartidos en distintas zonas de Neuquén, lo que permite pensar en un futuro sistema más equilibrado y con presencia territorial. Según detalló el ministro, siete proyectos se ubican en el Alto Neuquén, seis en la zona de Pehuenches y dos en la región de Los Lagos.

Esa distribución, además de cubrir áreas con potencial hídrico, representa una inversión inicial estimada en 500 millones de dólares, una cifra que convierte a este primer paso en un movimiento significativo para el sector energético neuquino. Si bien se trata de proyectos de menor escala, el volumen total de inversiones muestra un cambio de tendencia: aparece un apetito privado por un segmento históricamente dominado por el Estado.

Las empresas interesadas provienen de distintos orígenes y tamaños. “Hay firmas austríacas, nacionales, neuquinas y locales que cuentan con financiamiento internacional”, enumeró Echeverry. Esa diversidad, según el funcionario, abre un abanico de posibilidades en cuanto a tecnología, modelos operativos y capacidad de ejecución.

Un cambio de lógica en la inversión energética

El punto clave de esta convocatoria no es solo la cantidad de proyectos presentados, sino el modelo que propone. Las mini hidroeléctricas funcionan con una lógica clara: una central de pequeña escala implica una inversión inicial —que puede ser del orden del millón de dólares para unos 100 kilovatios— y luego un esquema de operación y mantenimiento que varía según las condiciones hidrológicas. En invierno y otoño, cuando las lluvias son más abundantes, la generación aumenta; en verano y primavera, disminuye.

“La gran diferencia es que antes el Estado absorbía el riesgo, lo que terminaba encareciendo los costos o alargando los plazos. En este caso, el riesgo tecnológico, financiero y operativo lo asume el privado”, explicó Echeverry. La recuperación de la inversión se realizaría mediante la venta de energía, ya sea a distribuidoras como el EPEN o directamente a clientes privados, según el esquema que surja de las próximas licitaciones.

Otros avances energéticos: PIAP y licitación nacional

Además del interés por las mini centrales, Echeverry habló del futuro de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), un tema estratégico para la política energética argentina. Según detalló, la Provincia consiguió compradores para la totalidad de la producción proyectada durante los próximos ocho años, a valores considerados “muy buenos” en el mercado internacional. El objetivo ahora es obtener los 90 millones de dólares necesarios para su puesta en marcha, estimada en unos 20 meses.

También confirmó que el proceso de licitación de las represas nacionales avanza con nueve grupos presentados, y se espera que concluya antes del 31 de diciembre.

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