El paisaje urbano de Neuquén empieza a cambiar. Esta semana, la municipalidad sumó 100 nuevas cámaras de fotomultas a su red de control vial, que ya cuenta con más de 1.900 dispositivos activos. Están repartidos entre colectivos, taxis, equipos de monitoreo en calles y ahora, cada vez más, en los puntos estratégicos para el control del tránsito.

Pero las cámaras no solo apuntan a multar. Según el municipio, las imágenes registradas serán clave para investigar delitos y esclarecer accidentes. Un convenio firmado con el Poder Judicial permitirá que la Justicia acceda a este material de forma oficial. Las grabaciones dejarán de ser solo una herramienta administrativa: también estarán al servicio de las investigaciones.

La expansión forma parte de una política más amplia. En paralelo, las autoridades trabajan en un proyecto para conectar estas cámaras con un futuro sistema de semáforos inteligentes. El objetivo es claro: automatizar los controles y lograr un tránsito más ordenado en los puntos donde hoy el caos es moneda corriente.

Las nuevas cámaras se suman a un entramado tecnológico que hasta ahora pasó bastante desapercibido para los vecinos. Entre colectivos, taxis y esquinas monitoreadas, el centro de Neuquén ya está cubierto por cientos de dispositivos que registran el movimiento urbano día y noche. Con esta última incorporación, los equipos de fotomultas crecen y la vigilancia se vuelve más evidente.

Según explicaron desde la secretaría municipal de Movilidad, el próximo paso es integrar toda esta tecnología a los semáforos. El plan apunta a que los dispositivos puedan ajustar en tiempo real los tiempos de verde y rojo, dependiendo del flujo de autos, y al mismo tiempo detectar infracciones como exceso de velocidad o cruce con luz roja.

“Lo que queremos es que el sistema sea más eficiente, no solo punitivo”, explicaron desde el municipio, aunque no dieron precisiones sobre cuándo estarán funcionando los primeros semáforos conectados.

Más seguridad pero también más vigilancia

El convenio con el Poder Judicial marca un antes y un después en el uso del material grabado. A partir de ahora, las imágenes que antes solo servían para notificar infracciones podrán ser utilizadas como evidencia en delitos o investigaciones abiertas.

Desde el municipio defienden la medida como parte de una política integral de “seguridad ciudadana”, pero el debate sobre la privacidad y el alcance del control tecnológico en el espacio público empieza a abrirse. ¿Hasta dónde llegarán las cámaras? Por ahora, la respuesta oficial es que “se apunta a mejorar la prevención y el orden”. Mientras tanto, las calles neuquinas suman cada día nuevos ojos.

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