El flujo de recursos nacionales hacia Neuquén muestra señales de enfriamiento. En los primeros cinco meses del año, las transferencias automáticas desde Nación cayeron un 6,9% en términos reales respecto al mismo período de 2023. Aunque hubo una leve recuperación del 1,2% frente al arranque de este año, no alcanza a revertir el deterioro acumulado.
Los datos surgen de un informe reciente de la consultora Politikon Chaco, que advierte sobre la pérdida de poder adquisitivo de los envíos nacionales. El estancamiento en los principales tributos coparticipables —como el IVA y el Impuesto a las Ganancias— explica en gran parte esta dinámica.
Una distribución que no cambia
Neuquén forma parte de un grupo de jurisdicciones cuya participación en la Coparticipación Federal quedó fijada en 1988. Desde entonces, no ha habido actualizaciones que reflejen su crecimiento económico ni su aporte al desarrollo energético nacional. Hoy, la provincia recibe apenas el 1,8% del total de fondos coparticipables, un porcentaje que contrasta con el de provincias como Río Negro, que obtiene el 2,5%.
Este reparto desigual cobra mayor relevancia en un contexto donde las provincias reclaman previsibilidad fiscal. Mientras algunas dependen casi por completo de los fondos nacionales, como es el caso de La Rioja, Formosa o Catamarca, Neuquén se mantiene entre las menos dependientes: solo el 15,1% de sus ingresos totales provienen de Nación. El único distrito con menor dependencia es la Ciudad de Buenos Aires, con un 9,7%.
La explicación está en su estructura fiscal: las regalías hidrocarburíferas, impulsadas por el desarrollo de Vaca Muerta, siguen siendo una fuente clave de ingresos propios. Sin embargo, este modelo también tiene limitaciones, especialmente si el ritmo de producción o los precios internacionales se ven afectados.
Entre la recuperación y la incertidumbre
A nivel nacional, las transferencias automáticas crecieron un 2,7% en lo que va de 2025, aunque ese aumento se explica más por ingresos extraordinarios —como las Leyes Especiales y la Compensación del Consenso Fiscal— que por una mejora sostenida en la recaudación.
En el caso de Neuquén, la caída del 10% registrada en 2024 marca una tendencia preocupante. El presente año parece seguir por una senda similar, con una recuperación tenue que no garantiza estabilidad a mediano plazo.
En medio de este escenario, vuelve a surgir el debate sobre el esquema de coparticipación vigente. Si bien modificarlo no es sencillo —requiere acuerdos políticos complejos y la voluntad de revisar una estructura histórica—, la situación de provincias como Neuquén reaviva la discusión.
“El reparto está congelado, pero las realidades provinciales no lo están”, resumen desde Politikon Chaco. En esa frase se condensa un problema de fondo: cómo lograr un esquema federal que acompañe el desarrollo sin generar nuevas desigualdades.
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