La Unión Cívica Radical de Neuquén no participará de las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre. Así lo resolvió su convención partidaria, en una decisión que sorprendió por la historia del sello en la provincia. Pero para César Gass, diputado provincial y referente radical, la sorpresa no debería ser tanta: “Después de tanto desatino, no había manera de reconstruir en dos días lo que se desarmó en dos años”.
En una entrevista radial con el programa Va de Tarde (Vorterix Neuquén), Gass hizo un repaso crudo de la situación interna del partido, de las alianzas que lo fragmentaron y de las consecuencias de no haber mantenido una línea clara en los últimos tiempos. “Destruir se hace en un plumazo; construir lleva mucho más”, resumió. Según dijo, las negociaciones por la candidatura a gobernador que incluyeron al expresidente Mauricio Macri fueron el quiebre: “Ahí se desdibujó todo”.
Un partido desarmado, una identidad perdida
El legislador radical repasó que la UCR venía con presencia fuerte en Juntos por el Cambio: Pablo Cervi había sido electo diputado nacional y Juan Peláez había logrado un buen resultado en el Concejo Deliberante. “El partido estaba tomando músculo”, recordó. Pero con la ausencia de conducción nacional clara y la salida de dirigentes que luego asumieron cargos en el gobierno de Rolando Figueroa, como el propio Peláez, el panorama cambió por completo.
“No había mirada clara sobre si estábamos en la oposición, si acompañábamos al gobierno o si teníamos una postura nacional definida. Todo se desdibujó”, explicó. Para Gass, ese vacío dejó al partido sin referencias ante la sociedad.
Recién hace unos días se retomaron reuniones entre sectores internos, incluso con la reincorporación de algunos referentes. Pero eso, para él, no alcanzaba: “Vos en dos días no podés salir del pozo. El panorama electoral ya está cristalizado y no había resquicio por dónde meter a la UCR”.
Gass, sin candidatos y sin alineamientos
Consultado sobre si el partido debió haber competido igual, más allá del resultado, Gass fue tajante: “¿Con qué candidatos? ¿Quiénes piensan igual? Las alianzas se hacen cuando tenés identidad”. Aclaró que el dolor por no participar es real, pero que hacerlo de cualquier forma hubiese sido irresponsable.
También dejó en claro su postura respecto a los tres principales espacios políticos que competirán en Neuquén. “¿Estos? No. No, porque yo creo que en el gobierno actual es lo mismo que fue el MPN, no cambió sustancialmente. Pero creo que tiene bajas calorías en lo institucional, en la división de poderes. Hay mucho disciplinamiento”, señaló. Y aclaró que, si bien en la Legislatura acompaña lo que considera positivo, no está dispuesto a acatar sin cuestionamientos: “No me gusta la obediencia debida”.
Respecto a La Libertad Avanza, su rechazo fue total: “Estoy a años luz”. Y sobre el peronismo, su diagnóstico fue igual de lapidario: “Se acaba de destruir, de manera explícita”.
Por eso, Gass se diferenció de todos esos espacios y ratificó que no está cerca de ninguno. En cuanto a Pablo Cervi, ex candidato radical, quien podría sumarse a La Libertad Avanza, fue claro: “Si está ahí, no lo hace desde el radicalismo. No lo veo como un candidato mío”.
El futuro: 2027 y un nuevo llamado
Más allá del escenario actual, Gass aseguró que ya se trabaja en la reconstrucción del radicalismo neuquino. “Empezamos ahora, sin mirar por el espejo retrovisor. La idea es que el 2027 nos encuentre con todo el vigor que hoy no tenemos”, dijo.
Y para los que aún creen en el histórico sello, dejó una imagen simbólica: “En algún momento alguien tendrá que prender una luz en el cielo que diga ‘UCR’ para convocar a los radicales desperdigados”. Mientras tanto, reconoció: “Hoy, vas por el país y hay miles de radicales, pero no hay radicalismo”.
La herida, según admitió, fue autoinfligida. Pero la voluntad de empezar de nuevo está. Aunque sin partido, como él mismo dijo, “no sirve”.
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