En una nueva apuesta por el control ambiental, la ciudad de Neuquén sumará tres cámaras al sistema de fotomulta que actualmente monitorea zonas urbanas y naturales. El objetivo es claro: reducir el volumen de residuos arrojados en la vía pública y fortalecer la capacidad de sancionar a quienes no respetan las normas de higiene urbana.
La decisión fue anunciada por la Municipalidad como parte de un conjunto de medidas que forman parte de una estrategia más amplia de gestión de residuos y preservación del espacio público. Según informaron fuentes oficiales, las cámaras estarán ubicadas en “puntos estratégicos” donde se ha detectado un aumento en la generación de microbasurales, muchas veces a pocos metros de contenedores o zonas limpias.
Tecnología para el orden urbano
El sistema de fotomultas ambientales funciona a partir de cámaras de videovigilancia que registran en tiempo real conductas infractoras, como el depósito indebido de residuos en lugares no habilitados. Las imágenes captadas son utilizadas como evidencia para aplicar sanciones previstas en el Código Municipal.
La implementación de estas herramientas no es nueva, pero sí se ha intensificado en el último año. Con estas tres nuevas incorporaciones, el sistema busca disuadir comportamientos recurrentes que deterioran el espacio público y generan focos de contaminación.
Desde el municipio remarcan que la intención no es solo sancionar, sino también generar conciencia sobre la importancia del cuidado ambiental. “Es un paso más hacia una ciudad ordenada y comprometida con la sustentabilidad”, señalaron voceros municipales.
Basurales y educación ambiental: dos frentes complementarios
La incorporación de tecnología no es la única línea de acción. Paralelamente, la ciudad continúa con operativos de limpieza, campañas de educación ambiental y la promoción de la separación de residuos en origen. Esta combinación de medidas apunta tanto a resolver el problema inmediato como a construir hábitos más sostenibles a largo plazo.
La problemática de los microbasurales no es exclusiva de Neuquén, pero las autoridades locales reconocen que el crecimiento urbano y la falta de responsabilidad individual pueden agravar el escenario. En este sentido, el monitoreo visual representa una herramienta útil, aunque no definitiva, en el intento por lograr una convivencia más respetuosa con el entorno.
Mientras tanto, se espera que las nuevas cámaras entren en funcionamiento en las próximas semanas. La expectativa está puesta en que esta medida, sumada al trabajo territorial y educativo, logre frenar el avance de los basurales clandestinos y refuerce el mensaje de que el espacio público es una responsabilidad compartida.
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