La negociación salarial en Neuquén ya tiene día y hora: el 27 de octubre, apenas un día después de que el país elija a sus nuevos legisladores nacionales. El gobernador Rolando Figueroa convocó a los gremios estatales para definir la paritaria 2026 en Neuquén, pero la decisión de atar la discusión al calendario electoral despierta suspicacias en el sindicalismo.

Con un escenario atravesado por la inflación y la inestabilidad política, la mesa promete ser más áspera que en años anteriores. ATEN, ATE, UPCN y Viales confirmaron su participación, aunque advierten que la situación no permite adelantar posturas firmes. El contraste es evidente: en 2024 la paritaria se cerró temprano y sin conflictos, algo que hoy parece difícil de repetir.

El secretario general de ATE Neuquén, Carlos Quintriqueo, admitió que el panorama es incierto. “Hay que ser cautelosos, porque nos podemos encontrar con otro país después de las elecciones. En principio, siempre hay que ganarle a la inflación”, señaló. El sindicato pondrá sobre la mesa la continuidad de la actualización trimestral por IPC y la necesidad de que los salarios no queden por detrás del costo de vida.

ATEN también se prepara para un debate intenso. Su secretario general, Marcelo Guagliardo, adelantó que el eje será garantizar que los sueldos docentes se mantengan por encima de la inflación y que se sostenga la recuperación del poder adquisitivo. El gremio docente insiste en tres puntos que considera intocables: la escala de antigüedad, la escalafonaria y la ubicación por zona. “Necesitamos resguardar nuestros salarios y seguir recuperando poder adquisitivo”, afirmó Guagliardo, dejando en claro que no habrá concesiones en temas estructurales.

Para el Ejecutivo provincial, la convocatoria tiene un doble objetivo: mostrar capacidad de gestión y evitar conflictos en medio de un clima económico volátil. La administración de Figueroa busca enviar una señal de orden hacia 2026, aunque la fecha elegida expone inevitablemente a la negociación al impacto de los resultados electorales.

El contexto nacional suma más incertidumbre. La administración de Javier Milei encara la recta final de la campaña en medio de tensiones cambiarias y gestiones internacionales para contener la inflación. Lo que ocurra en ese frente repercutirá de lleno en la mesa neuquina.

Escenarios abiertos para los estatales

Los gremios llegan con expectativas altas pero también con cautela. Sobre la mesa aparecen varios caminos posibles: un acuerdo temprano que despeje el horizonte, un debate prolongado con medidas de fuerza o un esquema condicionado por la inflación y el humor social tras los comicios.

El gobierno provincial tendrá que equilibrar la presión sindical con las limitaciones fiscales, en un escenario donde la palabra “previsibilidad” suena tanto como “inflación”. La definición no dependerá solo de la voluntad política local, sino también de factores externos que exceden a la provincia.

Una pulseada que marcará el 2026

La semana del 27 de octubre se perfila como un punto de inflexión para Neuquén. De ese encuentro dependerá no solo el futuro inmediato de los estatales, sino también la capacidad del gobierno de sostener gobernabilidad y confianza en un año clave.

Los gremios van con la premisa de no perder frente a la inflación, el Ejecutivo con la obligación de cuidar las cuentas, y los trabajadores con la urgencia de no ver deteriorados sus ingresos. Lo que surja de la paritaria será, al mismo tiempo, un reflejo de la situación económica nacional y un termómetro del clima social en la provincia.

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