La tensión en la industria hidrocarburífera suma un nuevo capítulo: el Sindicato de Petroleros Privados anunció un paro general de 48 horas en Vaca Muerta para los días jueves 31 de julio y viernes 1 de agosto. La medida comenzará el miércoles 30 a las 20 horas, en coincidencia con el cambio de turnos, y tendrá impacto directo sobre la producción.

El gremio que conduce Marcelo Rucci reclama por 1.200 despidos y más de 2.000 suspensiones, en un contexto de crecimiento histórico de la producción de petróleo no convencional. Según el sindicato, las empresas “decidieron prescindir de personal” sin atender las propuestas que se venían negociando.

En declaraciones recientes, Rucci advirtió que esta situación no responde a una crisis estructural, sino a una estrategia empresarial para reducir costos en un año considerado de transición. “Esto no es una crisis, es una decisión empresaria de dejar de ganar. Pero los que pagan el costo son los trabajadores”, sostuvo el dirigente sindical.

Desde el gremio apuntan que el sector alcanzó de forma anticipada las metas previstas para 2026, con 600.000 barriles diarios de producción. “Eso fue posible gracias al esfuerzo de miles de trabajadores. Y ahora los están dejando afuera”, agregó Rucci.

Además, señalaron que la propuesta sindical consistía en sostener los puestos de trabajo al menos hasta que se habiliten nuevos ductos de transporte, un punto previsto para dentro de un año y medio. “Planteamos un puente hacia 2026, pero no fuimos escuchados”, lamentó el secretario general.

Advertencias y reclamos sin margen

El sindicato ya presentó la medida ante el Ministerio de Trabajo. Rucci fue categórico al afirmar que no hay espacio para negociar otras cuestiones mientras continúen los despidos y las suspensiones. “Lo único que estamos pidiendo es que reincorporen a la gente. Si no nos escuchan, nos vamos a hacer escuchar. Para eso nos eligió la gente”, aseguró.

También cuestionó lo que considera un doble estándar por parte de las operadoras: “Celebran récords de producción, pero no reconocen el esfuerzo de quienes los lograron”.

En su mensaje más directo, Rucci planteó que si no se incluye a los trabajadores en el desarrollo de Vaca Muerta, “la están rompiendo”. Y agregó: “Y si la tenemos que romper nosotros, no tenemos problema en hacerlo”.

Escenario abierto

Por ahora, el paro está confirmado y el gremio no muestra intención de retroceder. En un sector estratégico para la economía nacional, la medida podría tener consecuencias visibles a corto plazo, tanto en la producción como en el clima político en torno al desarrollo energético.

Mientras tanto, los trabajadores esperan señales. La próxima semana será clave para saber si el conflicto escala o si se abre una instancia de diálogo que evite nuevas tensiones en el corazón de Vaca Muerta.

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