La imagen de la policía frente al acampe mapuche en Casa de Gobierno sigue generando repercusiones. Esta vez, quien se pronunció fue Juan Peláez, exsubsecretario de Producción del gobierno de Rolando Figueroa, que dejó su cargo en abril y ahora, con un texto público, parece haber dado un paso más hacia la oposición.
En una carta abierta difundida en sus redes sociales, Peláez calificó el desalojo como “un retroceso en nuestra convivencia ciudadana” y cuestionó tanto la necesidad del operativo como la versión oficial que sostuvo que las personerías jurídicas de las comunidades reclamantes no estaban en trámite. Para el exfuncionario, los documentos difundidos por la Confederación Mapuche contradicen esa explicación.
“¿Quién está mintiendo?”
Peláez acompañó su publicación con una imagen del operativo y un dictamen emitido por la Inspección de Personas Jurídicas que, según explicó, otorga aval a una de las comunidades que reclaman su reconocimiento: Ragilew Cárdenas. “Frente a la exposición de estos documentos por parte de las comunidades mapuches en sus redes sociales, que desmienten el relato oficial, el gobierno debió ofrecer una explicación clara. Lamentablemente, no lo hizo. Y si el gobierno mintió, esto es grave”, escribió.
El exfuncionario se distanció del tono institucional y apuntó a la legitimidad del reclamo mapuche. “Lo sucedido el domingo pasado fue un hecho lamentable”, sostuvo. A su entender, no existían razones suficientes para intervenir con fuerza pública, dado que la Casa de Gobierno “técnicamente no estaba tomada”. En su texto, aclaró que los manifestantes se encontraban en la vereda, sin bloquear accesos ni la circulación.
“Si el acceso al edificio no estaba completamente bloqueado, ¿era realmente necesario proceder con el desalojo? En mi opinión, no lo era”, escribió Peláez, quien también comparó la situación con otras protestas que no recibieron la misma respuesta: “No se tomó la misma medida con los ceramistas que varias veces cortaron la Ruta 7”.
Señales de un distanciamiento
Aunque su salida del gobierno fue presentada en términos cordiales, con el tiempo se volvió más evidente el giro de Peláez hacia un rol opositor. En declaraciones previas había criticado al fiscal de Estado, Raúl Gaitán, a quien acusó de encabezar una “caja legal que nadie se anima a tocar”. También circularon versiones sobre un acercamiento a sectores de La Libertad Avanza, aunque el exfuncionario no lo confirmó públicamente.
En su nueva carta, incluso apeló a un argumento que suele escucharse desde filas libertarias: mencionó que la protesta “no violaba los principios del Protocolo Bullrich”, que regula las intervenciones en manifestaciones. “La gente estaba sentada en la vereda. No bloqueaban el paso de vehículos, ni de personas, ni impedían el trabajo de los empleados. No parecía una situación que ameritara una medida tan drástica”, reflexionó.
Una mirada sobre el reclamo mapuche
Peláez evitó idealizar el conflicto, pero subrayó que las comunidades tienen una historia de convivencia pacífica en la provincia. “A nadie le agrada este tipo de protestas, especialmente cuando involucran animales en pleno centro. Tampoco a los propios manifestantes les resulta cómodo estar allí”, escribió. Sin embargo, contrastó esta situación con la violencia vivida en provincias vecinas como Río Negro o Chubut: “Aquí no hubo violencia, ni amenazas, ni toma de edificios”.
La carta llega en un momento delicado para el gobierno, que enfrenta tensiones por diferentes frentes sociales. En ese contexto, la voz de Peláez resuena no solo como la de un exfuncionario, sino como la de alguien que conoció desde adentro la gestión que ahora comienza a cuestionar.
Comentarios