La ciudad de Neuquén volvió a posicionarse en julio como la capital con el boleto de colectivo más barato del país, si se consideran únicamente las jurisdicciones que no reciben aportes nacionales para subsidiar el sistema de transporte. Con una tarifa plana de $1140, el costo del viaje urbano se mantiene lejano a los extremos más altos del ranking, donde Pinamar lidera con un boleto de $2105.

La diferencia, según las autoridades municipales, no es casual: detrás del valor actual existe un esquema de contención sostenido por el Estado local. Sin esa intervención, advierten, el costo real del pasaje debería superar los $3100.

Un relevamiento realizado entre 29 ciudades del país dejó a la capital neuquina en el puesto 25 del ranking tarifario. Las únicas jurisdicciones con boletos más bajos pertenecen al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde el Estado nacional continúa aplicando subsidios directos para mantener las tarifas congeladas: en ese sector, el costo promedio ronda los $450.

El resto del mapa muestra otra realidad. En el interior del país, la mayoría de las ciudades experimentó subas importantes en los últimos meses, presionadas por la eliminación de los subsidios nacionales. Neuquén, sin embargo, logró amortiguar ese impacto.

“Que Neuquén tenga la tarifa más baja del país habla a las claras del acompañamiento municipal. El Estado local está cubriendo parte del costo real del boleto para no trasladarlo directamente al usuario”, explicó Mauro Espinosa, subsecretario de Transporte de la capital. Según detalló, el municipio sostiene parte del sistema con fondos propios, lo que incluye el programa del boleto estudiantil gratuito, que hoy alcanza a casi 49 mil beneficiarios.

¿Hasta cuándo podrá sostenerse el boleto bajo?

Aunque desde el gobierno municipal destacan la administración “ordenada” de las cuentas públicas como uno de los motivos principales para contener el boleto, reconocen que el futuro es incierto. La inflación acumulada en insumos como combustible, repuestos y mantenimiento de unidades tensiona el esquema de subsidios locales.

“Si el municipio no estuviera interviniendo, hoy el boleto estaría en $3100. Ese es el valor técnico real. La pregunta es hasta cuándo podremos contener ese precio”, advirtió Espinosa.

Por ahora, el usuario neuquino continúa pagando menos que en casi todo el país. Pero la diferencia, marcada por la ausencia de subsidios nacionales, podría acortarse si las finanzas municipales no logran resistir el peso de un sistema que, según admiten, funciona con “números justos”.

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