Una herramienta silenciosa pero potente. Así podría describirse a la inteligencia emocional en el aula. Y esa es, precisamente, la apuesta del nuevo proyecto de ley que presentó la diputada provincial Mercedes Tulián (PRO-NCN): crear un Programa de Educación Emocional obligatorio y progresivo en el sistema educativo neuquino.

La iniciativa busca atacar uno de los problemas más complejos de la vida escolar: la violencia y el acoso entre estudiantes. ¿La vía? Capacitar a docentes y trabajar con alumnos en habilidades sociales y emocionales, con el objetivo de crear ambientes más respetuosos, colaborativos y, a la larga, más efectivos para el aprendizaje.

Un proyecto que atraviesa niveles y modalidades

El proyecto propone incorporar de forma transversal contenidos vinculados al desarrollo emocional en todos los niveles educativos —desde el inicial hasta el secundario— y en todas sus modalidades. Pero no se trata solo de sumar una materia o taller aislado, sino de una transformación más profunda: capacitar al cuerpo docente, generar espacios específicos para el trabajo emocional en clase, y diseñar estrategias adaptadas a cada etapa escolar.

Entre los ejes que contempla la propuesta están el desarrollo de la resiliencia, la comunicación afectiva, la toma de decisiones considerando las propias emociones y las de los demás, y la resolución pacífica de conflictos. El programa también busca dotar a las y los estudiantes de herramientas para afrontar frustraciones y desafíos, aspectos centrales en un contexto educativo que, muchas veces, deja lo emocional en segundo plano.

El rol clave de los docentes y el Ministerio de Educación

Si el proyecto se aprueba, será el Ministerio de Educación de la provincia quien tendrá la responsabilidad de ponerlo en marcha. Esto incluirá la creación de contenidos pedagógicos específicos, la planificación a corto, mediano y largo plazo, y la formación de los equipos docentes en todos los rincones de Neuquén.

Los fundamentos de la ley argumentan que un mayor bienestar emocional en las escuelas no solo ayuda a prevenir conflictos, sino que también tiene impacto directo en el rendimiento académico. La premisa es sencilla, aunque potente: un alumno que se siente comprendido y contenido emocionalmente, aprende mejor.

La propuesta de Tulián se suma a una tendencia creciente en los sistemas educativos del mundo, donde la inteligencia emocional dejó de ser un concepto abstracto para transformarse en una herramienta concreta. En tiempos en los que el acoso escolar preocupa cada vez más, el desafío está en convertir la empatía en política pública.

Neuquén busca respaldo del Banco Mundial para pavimentar rutas turísticas

artículo anterior

Se bajó una lista de LLA en Neuquén y denunció fraude interno

Próximo artículo

También te puede gustar

Comentarios

Los comentarios están cerrados.

Más en Neuquén