La Ruta 7, uno de los corredores más transitados y peligrosos del norte neuquino, contará en las próximas semanas con un nuevo sistema de radares fijos y móviles para controlar la velocidad y reducir la siniestralidad. La medida forma parte del plan provincial de seguridad vial impulsado por el Ministerio de Seguridad, que apunta a fortalecer la prevención en los tramos con mayor concentración de tránsito pesado y urbano.

El director provincial de Seguridad Vial, Diego Alfonso, confirmó que el esquema contempla la instalación de un radar fijo y otro móvil que recorrerá distintos puntos de la traza. Ambos equipos se encuentran en la etapa final de habilitación técnica y legal y entrarán en funcionamiento una vez concluidas las pruebas de calibración. “No buscamos recaudar, sino controlar la velocidad y reducir los riesgos de accidentes”, explicó el funcionario, al destacar que el programa tiene un enfoque preventivo más que punitivo.

Una estrategia de control y prevención

La ubicación de los radares fue definida a partir de un relevamiento técnico que identificó los sectores con mayor cantidad de siniestros en los últimos años. En esos puntos, el exceso de velocidad, las distracciones y las maniobras imprudentes se repiten como causas predominantes de los accidentes.

“Queremos que los conductores sepan que hay presencia del Estado, que hay control, pero también que hay una política activa de prevención”, detalló Alfonso. Desde la provincia sostienen que el desafío no es solo aplicar multas, sino modificar los hábitos de conducción y promover una cultura vial más responsable.

El plan forma parte de una segunda etapa del programa provincial de seguridad vial, que busca profundizar las acciones implementadas desde comienzos de 2025. Entre ellas se incluyen operativos conjuntos con la Policía de Tránsito, campañas de educación vial en escuelas y controles de alcoholemia en rutas y accesos a las principales ciudades.

Una ruta bajo vigilancia

La Ruta 7 se ha convertido en una de las vías más críticas del Alto Valle por su intenso movimiento de camiones, vehículos particulares y transporte público. En los últimos meses, los accidentes registrados en este corredor encendieron las alarmas y motivaron reclamos de vecinos, transportistas y municipios por una mayor presencia del Estado.

En ese contexto, el nuevo sistema de radares se suma a las obras de repavimentación y señalización que se ejecutan en distintos tramos. Las autoridades buscan combinar infraestructura, control y educación como tres pilares de una estrategia integral.

“Cuando hablamos de seguridad vial, no hablamos solo de sanciones, sino de cuidar vidas”, sostuvo Alfonso. “Los radares no son un fin en sí mismos, sino una herramienta más para construir responsabilidad al volante”, agregó.

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