Después de una década sin actualizaciones, el Código de Faltas de Neuquén atraviesa un proceso de modernización que promete darle un nuevo marco normativo a la ciudad. La comisión especial del Concejo Deliberante ya revisa los últimos aportes y apunta a elevar un texto definitivo en octubre. El debate no es menor: se trata de una norma que regula la convivencia urbana, el tránsito, las actividades comerciales y hasta el uso de los espacios públicos.
En ese camino, distintas secretarías municipales, organismos profesionales y entidades de control aportaron su mirada para actualizar artículos que quedaron obsoletos con el paso del tiempo. La presidenta de la comisión, Victoria Fernández, definió la tarea como “una oportunidad para adaptar las reglas a la Neuquén de hoy, que ya no es la misma de hace diez años”.
Los puntos centrales de la reforma
El trabajo legislativo apunta a cubrir vacíos y ordenar situaciones que hasta ahora quedaban en un limbo normativo. Entre los ejes destacados aparecen:
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Micromovilidad: el crecimiento de monopatines y bicicletas eléctricas obligó a diseñar nuevas disposiciones específicas.
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Tránsito pesado: se plantea un mayor control en el ingreso de camiones al área céntrica.
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Servicios de taxi flet: se incorporan regulaciones para un sector que creció sin reglas claras.
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Notificación digital: se propone agilizar los procesos con sistemas electrónicos que reemplacen en parte al papel.
A esto se suma la intención de endurecer sanciones para actividades que generan conflicto en la vía pública, como los limpiavidrios en semáforos o los lavacoches en estacionamientos. El Consejo de Seguridad fue uno de los organismos que más insistió en este punto.
Una norma que se había quedado atrás
El diagnóstico compartido entre los participantes de la comisión es claro: el actual Código de Faltas acumula artículos anacrónicos, vacíos legales y procedimientos engorrosos. Con el paso de los años, también se sumaron ordenanzas dispersas que complicaron su aplicación, lo que llevó a la necesidad de unificar criterios.
“La ciudad cambió en la última década y el Código de Faltas debe acompañar esa transformación”, sostuvo Fernández, quien adelantó que en septiembre será el turno de la Defensoría del Pueblo para exponer sus propuestas, luego de la participación del Colegio de Abogados.
Desde la Secretaría de Modernización, en tanto, se promovieron cambios vinculados al uso de radares, portales de ingreso y notificaciones digitales. En paralelo, las áreas de tránsito, bromatología, medio ambiente y comercio también presentaron sus ajustes para adecuar la norma a la realidad actual.
El camino legislativo hacia fin de año
El cronograma de trabajo prevé que la comisión especial continúe reuniéndose durante septiembre para recibir las últimas observaciones. Con ese material, el objetivo es elevar el proyecto a la comisión de Legislación antes de fin de año, de modo que el Concejo pueda dar el debate en el recinto.
En definitiva, la actualización del Código de Faltas aparece como un paso necesario para simplificar procedimientos, ordenar normas y brindar mayor claridad en la aplicación de sanciones. Una herramienta que, según remarcan los propios concejales, busca mejorar la convivencia en una ciudad que no deja de transformarse.
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