En un intento por actualizar las políticas de control sobre el consumo de tabaco y sus derivados, un grupo de legisladores neuquinos presentó un proyecto que busca prohibir el uso de cigarrillos electrónicos en espacios cerrados de acceso público, lugares de trabajo y medios de transporte. La iniciativa, impulsada por la diputada provincial Cielubi Obreque (MPN), propone modificar la actual Ley 2572 para incluir estas nuevas formas de consumo, cuya proliferación no estaba prevista cuando se sancionó la norma original.
El avance de esta tecnología y la rápida expansión de productos de vapeo generaron un vacío legal que, según los impulsores del proyecto, es necesario atender con urgencia. “La legislación actual quedó atrás frente al escenario que plantean estos nuevos dispositivos”, explicó Obreque en los fundamentos de la propuesta.
Nuevos productos, viejas preocupaciones
El argumento central detrás del proyecto es claro: la industria tabacalera ha evolucionado, y con ella, las formas de consumo. Los vapeadores, pods y demás accesorios que hoy se comercializan como alternativas “más saludables” al cigarrillo tradicional, están en el centro de un debate que combina salud pública, derechos individuales y estrategias de mercado.
“La tecnología avanzó más rápido que la regulación”, reconocen desde el bloque del MPN, que consiguió el respaldo de legisladores de otros espacios como Juntos y JxC-UCR. La preocupación compartida es que, sin controles adecuados, estos productos puedan fomentar el consumo especialmente entre los jóvenes, un sector que muchas veces se inicia en el vapeo sin conocer sus riesgos reales.
Aunque el proyecto no prohíbe la venta de cigarrillos electrónicos, sí plantea limitaciones similares a las que hoy rigen para el cigarrillo convencional: su uso quedaría vedado en espacios cerrados, oficinas, bares, hospitales, transporte público y otros sitios de concurrencia masiva.
Qué dice la ley y qué podría cambiar
La Ley 2572, sancionada en 2007, establece restricciones claras al consumo de tabaco en lugares públicos. Sin embargo, no contempla los dispositivos electrónicos ni productos sin combustión, ya que por entonces aún no eran de uso común. La modificación que propone Obreque extendería las mismas restricciones a estos nuevos formatos, equiparando su tratamiento legal.
Por el momento, el proyecto está en etapa de análisis legislativo. No se descarta que, si avanza, sea sometido a instancias de consulta con especialistas en salud, consumidores y representantes del sector comercial.
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