El Senado vivió este jueves una de las jornadas más tensas desde que Javier Milei asumió la presidencia. Con 56 votos afirmativos, 8 negativos y 2 abstenciones, se sancionó en la Cámara Alta un proyecto que cambia las reglas de juego sobre los decretos de necesidad y urgencia (DNU). La iniciativa, que ahora deberá ser tratada en Diputados, limita la discrecionalidad del Ejecutivo y devuelve mayor protagonismo al Congreso.

En la práctica, el cambio implica que cada DNU tendrá que ser analizado por ambas cámaras en un plazo máximo de 90 días. Si eso no ocurre, el decreto caerá automáticamente. Hoy, en cambio, la normativa vigente —surgida en 2006 bajo impulso de Cristina Kirchner— permite que un DNU quede firme aunque no sea tratado, lo que se conoce como “sanción ficta”. Con esta modificación, el margen de maniobra del Ejecutivo se acorta y el Congreso recupera poder de veto más efectivo.

Cómo votaron los patagónicos

Los senadores de la región jugaron un rol clave en el resultado. Entre Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego sumaron 14 votos a favor y apenas una ausencia, lo que consolidó la mayoría opositora.

En el caso neuquino, los tres representantes —Lucila Crexell (Juntos por el Cambio), Oscar Parrilli y Silvia Sapag (Unidad Ciudadana)— coincidieron en apoyar la iniciativa. En Río Negro también hubo respaldo pleno de los legisladores. Este bloque patagónico se alineó con la idea de limitar el alcance de los decretos, señalando que el Congreso debe ser el ámbito natural de los grandes debates políticos.

El resultado dejó en evidencia un consenso transversal en la región: más allá de pertenencias partidarias, se coincidió en que los DNU no pueden seguir siendo una herramienta de uso cotidiano para gobernar.

Un golpe político al oficialismo

Aunque la reforma no tiene impacto fiscal —el argumento que Milei suele esgrimir para justificar sus vetos—, la norma golpea de lleno en la estrategia política del Ejecutivo. Hasta ahora, la Casa Rosada logró esquivar a un Congreso fragmentado recurriendo a decretos y a las facultades delegadas de la Ley Bases.

Si la iniciativa supera el trámite en Diputados, es casi un hecho que el Presidente intentará vetarla. Pero incluso ese movimiento puede tener un costo político, porque lo obligará a explicitar su rechazo a una medida que busca más control institucional.

En paralelo, la sesión también ratificó la ley que protege la emergencia en discapacidad, otra derrota para el oficialismo en una misma jornada. Entre ambas decisiones, el Senado envió una señal fuerte: no está dispuesto a ser una escribanía.

Qué se juega de aquí en adelante

El debate en Diputados será el próximo capítulo. Allí el oficialismo podría trabar la sanción definitiva, aunque el amplio margen con que se aprobó en el Senado anticipa un escenario complejo para el Gobierno.

Más allá de lo que ocurra en el recinto, la discusión abre un interrogante sobre el equilibrio de poderes en la Argentina. ¿Podrá Milei gobernar con menos espacio para los decretos y más controles legislativos? La respuesta todavía está abierta, pero la Patagonia ya dejó claro de qué lado se ubica.

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